La Era de Fausto

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«Un clásico es un libro que nunca termina de decir lo que tiene que decir». Esta definición de Italo Calvino se puede fácilmente adaptar a un libro como La trágica historia de la vida y muerte del Doctor Fausto de Christopher Marlowe (1564-1593). Se trata de una tragedia en cinco actos que narra la historia del Doctor Faustus, un hombre de letras y ciencia que decidió vender su alma al Príncipe de los infiernos, Lucifer, para obtener todo lo que deseaba en su vida. Fausto intercambia su alma por el ansia de conocimiento, poder y riqueza, siendo consciente de su condena: después de 24 años de poder ilimitado y placeres mundanos tendrá que entregar su alma al diablo.

 La decisión de Fausto se convierte en una elección entre alma y cuerpo, entre eternidad y tiempo, entre bien y mal. Una elección que lo llevará a la condenación eterna. No obstante las numerosas posibilidades que se le ofrecen por el camino de la vida, nunca llegará a arrepentirse ni a buscar la salvación. Fausto se convierte en metáfora de la ambición del ser humano, de su implacable sed de poder y riqueza. Christopher Marlowe nos habla de la crisis de un hombre en la cual se refleja la crisis de una entera sociedad y su perdición.

Desde su primera publicación, en forma anónima, el mito de Fausto tuve una constante difusión en todo el mundo occidental. Fue recreado y renovado por escritores como Goethe, Thomas Mann, Louise M. Alcott, Herman Hesse y muchos más. Tanto en la literatura como en el cine y el teatro el mito de Fausto no deja de ser actual, siendo continuamente objeto de adaptaciones teatrales y cinematográficas.

Recientemente el director de escena Simon Breden ha dirigido una adaptación teatral de la versión escrita por Christopher Marlowe. Igualmente, el director cinematográfico ruso Aleksandr Nikolaevič Sokurov presentó Fausto en el Festival de Venecia de 2011, una versión más libre de la obra de Goethe.

Las actuales adaptaciones se sitúan dentro del paralelismo entre la historia de la vida y muerte del Doctor Faustus y la crisis económica y de valores contemporánea. Christopher Marlowe, como Simon Breden o Aleksandr Sokurov, se sirve del mito de Fausto para reflexionar sobre la sociedad contemporánea, corrupta y ávida. Como Fausto, nuestra época no se contenta de lo que tiene, y busca constantemente ir más allá. Y cada vez más, esta voluntad de ir más allá se convierte en una progresiva caída hacia el infierno.

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