‘La bella Dorotea’, una novia hecha a sí misma

Manuela Velasco en la piel de Dorotea

Pocas cosas tienen más peso en pantalla que un vestido blanco y una boda frustrada. Que se lo digan si no a Jennifer Anniston o a Leticia Dolera. No obstante, cuando se trata de escenarios, todo cambia. Sin trailers aparentes ni spoilers visuales posibles, tan solo una reputación, algún que otro comentario furtivo y algo de suerte. Esa es la receta para salir satisfecha de una función. O no.

Con las obras de Miguel Mihura, por unos motivos u otros y en mayor o menor medida, suele ocurrir lo primero. Mihura fue uno de los padres de ese «humor contemporáneo» que junto a algunos de sus coetáneos fue apartado a los márgenes en esa «otra Generación del 27», pero que logró, pese a todo y gracias a personajes como Maribel —y esa extraña familia—, Ninette —y aquel señor de Murcia— y Dorotea, que la ironía y el despiste crónico sigan ocupando, a día de hoy, nuestros teatros.

Mariona Terés y Belén Ponce de León
Belén Ponce de León y Mariona Terés interpretan a las amigas cotillas de Dorotea. José Alberto Puertas.

La bella Dorotea podría ser una de las obras del autor madrileño menos representadas de manera profesional. Sin embargo, aquella joven rebelde que en 1963 subió al Teatro de la Comedia por primera vez, ahora, casi 60 años más tarde, y bajo la dirección de Amalia Ochandiano, vuelve a colocarse su «uniforme» de novia para lucirlo en el vecino Teatro Español.

La costumbrista historia es protagonizada por Dorotea, rica heredera del cacique de un pequeño pueblo del norte de España que ve frustrados sus intentos de matrimonio por culpa de los rumores y habladurías de sus vecinos. Pero la situación de la adinerada joven se hace insostenible cuando Fermín, con quien está a punto de casarse, la deja plantada en el altar. Es entonces cuando, buscando vengarse del pueblo, decide no quitarse el vestido de novia hasta encontrar un nuevo pretendiente.

No es la primera vez que esta directora se enfrenta a un texto de Mihura. Ya lo hizo con El caso de la mujer asesinadita, hace 14 años y con muy buena acogida por parte del público. En esta ocasión, Ochandiano ha decidido ambientar la acción en la década de los 70 del siglo pasado e incluir ciertas aportaciones de su propia cosecha, como el monólogo final, bastante reflexivo aunque un poco precipitado. Por su parte, la puesta en escena es sencilla, sin opulencias, enfocando el peso de la obra, sobre todo, en las notables actuaciones del elenco y en un vestuario cuidado al milímetro y diseñado por María Luisa Engel.

Asimismo, es preciso destacar a una estupenda Manuela Velasco que brilla en la piel de Dorotea; a la jerezana Rocío Marín, que logra elevar el personaje de Rosa y mantener las carcajas de manera espontánea durante una hora y media de función; y a Raúl Fdz. de Pablo, que llega a convertirse en pianista, cacique, barítono y bailarín sin perder esa esencia de eterno pícaro y galán a la que tan bien —y durante tantas temporadas— nos acostumbró en El Internado.

Pero, sin duda, lo primordial aquí es la fuerza y valentía involuntarias, pero realmente necesarias y dignas, de una novia hecha a sí misma, decidida a salvaguardar su dignidad a toda costa, con justicia y orgullo. Una trama que, sin dejar de ser sencilla, se aleja de lo banal para arrojar luz a la gran influencia que la opinión y los comentarios ajenos pueden llegar a tener sobre una persona. Una obra paradójicamente precoz que escapa de la manida «novia a la fuga» tan instaurada en el show business (véanse cierto videoclip de Melendi o Katy Perry, o aquella película de Julia Roberts).

Aquí los papeles se tornan y ofrecen peso a la figura de una mujer incomprendida, adelantada a su época, independiente, que pretende huir de lo establecido y que goza de un protagonismo eclipsante (como casi todas las mujeres creadas por Mihura). Una Dorotea capaz de salvar una obra carente de sustancia, pero que destapa la podredumbre de la envidia y, sobre todo, la importancia de seguir caminando sola por la Calle Mayor.

Autor: Miguel Mihura. Directora: Amelia Ochandiano. Reparto: Manuela Velasco, Raúl Fdz. de Pablo, Rocío Marín, César Camino, Mariona Terés, María José Hipólito y Belén Ponce de León. Teatro Español, Madrid. Hasta el 1 de mayo. 

Raquel Pablo Alcalá

Graduada en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Siempre entre páginas y acordes, y sin perder el sur como norte.

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