El madrileño Café La Palma acoge con motivo de su XIII aniversario Abstracciones 0.0 II de Julia Martín, una exposición que a priori parece contrastar con la estética clásica del local. En ella los colores se unen, se separan, danzan frenéticamente y buscan –ávidos– el impacto y la emoción en el espectador; un espectador que se acerca a esas marañas de pigmentos y formas psicodélicas con actitud cauta y con cierta incertidumbre, pues la muestra responde a la introspección y el mundo onírico de la artista y batería de Rufus T. Firefly que pretende dejar esas explosiones de pintura a la imaginación de los visitantes.
Cultura Joven: ¿Cuándo comenzó a dedicarse al mundo del arte?
Julia Martín: Profesionalmente desde los 19 años, pero siempre me ha encantado todo lo que tenía que ver con el arte o la música, al menos desde que recuerdo.
CJ: ¿Por qué?
JM: Creo que desde que era muy pequeña he estado interesada en la pintura y la fotografía. Empecé a experimentar con la fotografía a partir de los 16 años más o menos, con una réflex que compró mi padre en Japón cuando era joven. Sin embargo, con la pintura fue diferente porque mi bisabuelo era pintor y alucinaba con sus paisajes desde que era enana. Así que imagino que vendrá de ahí.
CJ: Supongo que será difícil compaginarlo con su carrera musical…
JM: Más que compaginarlo es una especie de mezcla. Es como me expreso o, al menos, mi forma de expresar lo que veo, siento o experimento de la mejor forma posible así que todo tiene relación entre sí siempre. Van en paralelo casi todo el tiempo.
CJ: ¿Y cómo vive el proceso de creación?
JM: Suelo trabajar con distintas técnicas, desde acrílico u óleo a collage y transferencias fotográficas. Lo que sí hago casi siempre es trabajar en superficies rígidas como tablas, plásticos o cartón duro.
Con respecto a la inspiración, en general suelo empaparme de la naturaleza y lo que observo o me impresiona de ella. Aunque todo acaba influyendo en lo que haces, desde el café de por la mañana (risas).
CJ: ¿Y cuánto tiempo tarda aproximadamente en crear un cuadro?
JM: Depende del momento y lo que esté haciendo. Hay piezas que puedo terminar rápido, a lo mejor en 2 o 3 días, y otras que incluso no están acabadas todavía.
CJ: ¿Qué encuentra en el arte abstracto que no pueda encontrar en otro estilo?
JM: Pues los últimos años he estado más obsesionada con la pintura e imágenes abstractas porque me parecen menos obvias las reflexiones y me gusta, o quizás me interesa más crear incertidumbre al espectador y dejar que puedan ver lo que quieran o les inspire en ese momento.
CJ: ¿Cuál es el objetivo de Abstracciones 0.0 II?
JM: El único objetivo que tiene es que la gente vea la trayectoria de mi trabajo, porque es la primera exposición que he hecho individual y he enseñado un poco de todo lo que tenía en casa.
CJ: ¿De dónde viene el título?
JM: Le puse este nombre a la exposición porque la última que había hecho se llamaba Abstracciones I y en esta he incluido varios cuadros de esa muestra. Además, puse en el título 0.0 porque llevé también un par de cuadros del diseño de Rufus, y tiene que ver con uno de los títulos de Magnolia.
CJ: ¿Qué peso tiene lo onírico en esos paisajes psicodélicos que a menudo representa?
JM: Realmente, el que cada uno desee darle, puesto que puedes imaginar lo que quieras. Yo he interpretado alguno de los sueños o imágenes que me evocó Grecia cuando estuve allí, pero en general prefiero que sea algo íntimo y que el espectador sueñe y viaje hacia donde la imagen le lleve.
CJ: ¿Quién es su máximo referente?
JM: Tengo muchos referentes, pero quizás los más importantes o los que más me han influido sean, Chema Madoz, Monet, Hopper, Richard Estes y Julie Merehtu, aunque me pongo y no hay fin (risas).
CJ: ¿Por qué optó por el Café La Palma para exponer su primera muestra en solitario?
JM: La verdad es que estoy encantada. Me pareció un buen lugar para mi exposición porque quería que fuera en un sitio especial e íntimo. Germán y compañía son familia desde hace tiempo y me animaron hacerlo allí.