HABÍA UNA VEZ UN CIRCO

cartel película agua para elefantes

Robert Pattinson, el archiconocido actor de Crepúsculo, ha cambiado el mundo  vampírico al que nos tenía acostumbrados por el circo. En Agua para elefantes, todo un melodrama circense dirigido por Francis Lawrence (Soy Leyenda), comparte protagonismo con Reese Witherspoon (Una rubia muy legal) con la que forma una pareja imposible.La película, basada en la novela de Sara Gruen, Water for Elephants, nos presenta a un estudiante de veterinaria que, debido a la trágica muerte de sus padres, deja todo y se incorpora de forma casual a un circo que recorre el país. El filme se sitúa en la época de la Gran Depresión de Estados Unidos y, por tanto, muestra un país sumido en el caos y en la pobreza.

Destacan e impresionan todas la escenas del circo por dentro, la vida de todos sus integrantes en aquella etapa tan difícil y compleja… Por otro lado, también se plasma la relación entre la penuria económica y la necesidad de evasion, las jerarquías que existen en ese circo, universo de fantasía y disfraces; así como la picaresca del mundo del espectáculo. Con una impecable puesta en escena, Agua para elefantes logra proporcionar esa belleza y mirada nostálgica propias de…

Un mundo y una época ajenas a la actual, en donde la miseria y tristeza se entrelazaba a la fantasia y diversion que transmite el mundo del espectáculo y, en concreto, el circo, lugar al que cualquier niño desea acudir.

Un lugar de evasión sumergido en la historia de una película cuya finalidad es precisamente esa: olvidar durante unas horas todo lo que ocurre a nuestro alrededor y adentrarnos en ese maravilloso mundo de magia e imaginación.

Todo ello unido a la historia de amor protagonizada por Robert Pattison y Reese Witherspoon junto a otros conocidos actores como son Christoph Watz (Malditos Bastardos) y el veterano Hal Holbrook hacen que Agua para elefantes sea una película donde la casualidad, la propia identidad, la tragedia, el destino, las cuestiones ajenas a nuestra voluntad… se unen a la magia e ilusionismo del circo.

¿Lo mejor? La puesta en escena, la fotografía y la ambientación, ya que la representación del mayor espectáculo del mundo se encuentra bastante bien ubicada en el contexto histórico en el que se desarrolla la acción.

Sin embargo, como toda película comercial, no faltan los personajes clichés, los estereotipos, las escenas reiterativas y, en ocasiones, innecesarias, los celos, la violencia… Además, un largo flashback central, que nos contará la historia linealmente, contribuye a crear un cierto tono de déjà vu.

En definitiva, en Agua para elefantes encontraremos una pequeña crítica al ser humano, desarrollada de forma distinta, emocionante, imaginativa, histórica a la par que fantástica… Todo un contraste de situaciones y emociones que nos trasportarán a la Gran Depresión, sin deprimirnos lo más mínimo.

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