Gladiator II: a la sombra de su predecesora

La secuela de la cinta de culto del 2000 está siendo todo un éxito económico, pero su trama ha dividido a críticos y espectadores.

Casi 24 años más tarde, el mundo de la mítica Gladiator vuelve por fin a la gran pantalla. Tras su estreno a nivel mundial el pasado 15 de noviembre, el nuevo film de Ridley Scott está causando furor, a pesar de las reticencias iniciales. Por lo menos, así se deduce de sus cifras de recaudación, que alcanzaron los 87 millones de dólares en su primer fin de semana. Si bien todavía no es suficiente para alcanzar el punto de equilibrio, a esto hay que sumarle los días que permanecerá en cartelera y, especialmente, su lanzamiento en Estados Unidos, producido este mismo viernes y que incrementará la taquilla de manera sustancial.

No obstante, y pese a que su recaudación ha llegado a superar a la de su antecesora en numerosos países, la crítica parece notablemente dividida, tanto entre los espectadores casuales como entre los medios especializados. Por una parte, las opiniones más positivas destacan la acción, el nivel de las actuaciones, el ritmo y la excelente factura técnica. Sin embargo, la trama ha llegado a ser tachada de poco original, y sus personajes, de planos y menos interesantes. Asimismo, algunas publicaciones como Diario Crítico también han señalado negativamente el nivel de violencia, calificándolo como gratuito y excesivo.

Al margen de estas opiniones, es innegable que los cinéfilos de todo el mundo estaban deseando saber qué ocurrió tras las vivencias del ya legendario Máximo Décimo Meridio. Está previsto que la película se convierta en una de las más exitosas del año junto con la también recién estrenada Wicked, llegando a hablarse de una repetición del fenómeno “Barbenheimer” acaecido en 2023.

Curiosamente, y pese a que una de las principales críticas ha sido la idea de que se trata de una copia de la original, la premisa inicial para una secuela era muy diferente. Las conversaciones sobre una segunda parte ya existían a principios de los 2000, y una de las ideas que se barajaron incluían una trama fantasiosa e incluso rocambolesca. En este primer borrador, Máximo era resucitado por los dioses romanos, quienes le encomendaban la tarea de acabar con Jesucristo. Esta historia terminó por descartarse y se optó por una continuación directa de carácter realista.

¿Demasiado similar a la primera parte?

Cuando una película de culto recibe una secuela, es inevitable establecer comparaciones entre ambas, y Gladiator II no es una excepción. Si bien se trata de una cinta entretenida y que ofrece un auténtico espectáculo visual, la calidad de su guion es más cuestionable.

El principal problema radica en su excesiva similitud con la primera entrega. La premisa inicial es prácticamente idéntica, mostrándonos a un protagonista guerrero que, tras perder a su esposa, es derrotado y vendido a un adinerado esclavista. A partir de ese momento, su gran objetivo será entrenar como gladiador con el fin de entrar en Roma y cobrarse su venganza. Explicar más detalles supondría adentrarse en terreno de spoilers, pero no es la única trama que bebe directamente de su antecesora.

Por otra parte, en no pocas ocasiones los personajes llegan a sentirse como una versión inferior de los de Gladiator. Lucio, protagonista de la historia, carece del carisma de Máximo, y varias de sus acciones y decisiones pecan de una cierta incoherencia, cuando no parecen directamente forzadas. Otro ejemplo lo encontramos en los emperadores Caracalla y Geta, quienes, a pesar de las buenas interpretaciones, no llegan siquiera a acercarse a Cómodo en cuanto a presencia en pantalla. No obstante, otros personajes como Macrino suponen una agradable sorpresa, dándonos una subtrama interesante e inesperada.

Una ampliación del mundo de Gladiator

SIn embargo, y pese a estos inconvenientes, la película también cuenta con varios puntos positivos. Uno de ellos, que probablemente hará las delicias de los aficionados al mundo romano, es la expansión del mundo de las peleas en los anfiteatros. Además de los clásicos combates de gladiadores, nos deleita con naumaquias y espectáculos con bestias, si bien el CGI empleado para dar vida a los animales deja bastante que desear en algunas secuencias.

Eso sí, la fidelidad histórica es más bien escasa, manteniendo numerosas licencias artísticas de la primera película y alterando notablemente el devenir de varios acontecimientos reales. No obstante, otros sucesos sí se apegan a la realidad, y cabe destacar que la franquicia no pretende ser una adaptación fidedigna de la historia de Roma.

Otro punto a favor es el notable esfuerzo por mantener la continuidad a través de numerosos detalles, tales como el personaje de Graco, las posesiones personales de Máximo y el mítico lema “Fuerza y honor”. También se conserva el énfasis en la idea del más allá y la esperanza de volver a ver a seres queridos al otro lado. Finalmente, la música mantiene el leitmotif principal, aunque todas las demás composiciones sean nuevas.

Pese a sus defectos, Gladiator II no deja de ser un auténtico espectáculo visual que dejará satisfechos a quienes quisieran saber más sobre los personajes de la obra de Ridley Scott. Sus más de dos horas pasan sin que el espectador se dé cuenta, ofreciendo toda clase de emociones por el camino. Aunque no posea una gran originalidad, sigue siendo una cinta que merece la pena ver, siempre y cuando se tenga en cuenta su naturaleza de secuela.

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