El viernes 20 y sábado 21 de septiembre, artistas como Hombres G, Marlon o La oreja de Van Gogh se subirán al escenario del Festival Jardín de las Delicias
“El final del verano llegó y tú parirás. Yo no sé hasta cuando este amor recordarás”, cantan los versos de Amor de verano, esa canción del Dúo Dinámico que suena a despedida de unos meses en los que muchos somos un poco más felices, los meses de verano. “Más de cincuenta veranos hace hoy que no nos vemos”, reclama La oreja de Van Gogh en La playa y, para Amaral, “no quedan días de verano para pedirte perdón». Amaia es realista, “se acaba el verano y no va a volver”, sin embargo, se queda con lo bueno, “todo ha sido raro pero lo haría otra vez” y Taylor Swift vive en el recuerdo de un agosto que se ha pasado “en un instante”, y tan rápido como “una botella de vino”.
Son muchos los artistas que se despiden de la época estival con una canción, pero también los que le dan la bienvenida a septiembre: Luna Ki, Melendi, Green Day o Earth, Wind & Fire. Algunos hasta tienen su fecha especial, Mecano el 7 y Dani Fernández y Andrés Suárez el 6. Hay canciones para todo según se tome cada uno la vuelta a la rutina. Pero si hay algo que define el fin del verano, es la cita anual en el Festival Jardín de las Delicias, porque como canta Leiva, “septiembre puede esperar por nosotros una vez más”, y a Dani Martín este mes “no le quita la ilusión jamás”.
La quinta edición del Festival Jardín de las Delicias
Este año, el Festival Jardín de las Delicias cumple un lustro. La quinta edición se celebrará los días viernes 20 y sábado 21 de septiembre en el escenario del campo de rugby Cantarranas, en la Universidad Complutense de Madrid. El viernes se subirán al escenario artistas como Hombres G, veteranos en el festival, La La Love You, Marlon, 84, Besmaya y Juan Magán. El sábado será el turno de La oreja de Van Gogh, Taburete, Viva Suecia, Beret, Malmö 040, Inazio y un fin de fiesta a cargo de los populares DJ Juan Navarro e Iván MG. Además, el cartel promete para ambos días grandes artistas sorpresas que aún no se han desvelado.
«Como estar en el cuadro de El Greco»
Martina Bona fue con sus amigas en la segunda edición del festival, la de 2019, porque tenía “muchas ganas” de ver a Guitarricadelafuente. “Lo conocí por las redes sociales y lo empecé a escuchar en bucle. Verlo en directo con mis amigas, a las que se lo descubrí porque no lo conocían, fue muy emotivo”, recuerda. Además, en el festival también pudo conocer al grupo asturiano Marlon: “Me sabía solo un par de canciones y ahora es uno de mis grupos favoritos”. Por eso, Martina, junto con un par de amigas con las que acudió ese año, repite en esta edición: “Quiero volver a verlos en directo ahora que me sé un par de canciones más y que sacaron nuevo disco el año pasado (Que se caiga el cielo)”. Además, también tiene muchas ganas de ver a La oreja de Van Gogh: “Cantar canciones como Rosas o La playa que me han acompañado siempre, es casi una experiencia religiosa”.
Sandra Escobar fue a la edición del año pasado con su grupo de amigas de la Universidad. “Teníamos que ir sí o sí. Estudiando todas la carrera de Farmacia y Nutrición en la Complutense durante seis años y celebrándose ahí el festival era un delito que todavía no hubiésemos ido”, cuenta entre risas.
Ella tenía muchas ganas de ver al cantante Dani Fernández, pero al final, el que acabó sorprendiéndola, fue el grupo Vetusta Morla: “Aunque solo me sabía las canciones más conocidas, la puesta de escena era hipnótica y el ambiente que se respiraba te animaba aún más a darlo todo y a disfrutarlo más”. También, cuenta que al haber dos escenarios, entre concierto y concierto, se iban al escenario pequeño donde tocaban artistas emergentes: “Había muchísimo talento y es una oportunidad para que artistas más independientes se den a conocer. Me encantó el grupo Marlena especialmente”.
Ambas coinciden en que, además por supuesto de la música, lo que más les gustó del festival fue el ambiente que se respiraba. “Era como estar en un cuento, o mejor dicho, en el cuadro de El Greco”, afirma Sandra. Martina recuerda que había muchos puestos de comida y bebida para todos los gustos y de patrocinadores en los que repartían regalos o incluso podías participar en sorteos y distintas actividades y juegos. También, regalaban brillitos como accesorios festivaleros y podías hacerte fotos de recuerdo en sus muchos photocalls. Para Sandra, que está muy concienciada con el medio ambiente, fue un valor añadido que el festival fuera eco-friendly: “Recuerdo que nos repartieron papel orgánico fabricado con semillas y podías plantarlo para que creciera una planta”.
Aunque Sandra aún no tiene su entrada para el festival, está haciendo todo lo posible para convencer a sus amigas y repetir la experiencia: “Seguro que al final acabamos yendo. El año pasado nos animamos casi el último día”. Además, asegura que si al final sus amigas no pueden ir no le importaría ir sola: “Es un festival que se disfruta mucho entre amigos, pero si vas solo no pasa nada porque el ambiente es muy agradable y ahí se conoce a mucha gente en seguida”.
