Juntos nos cocinaron el Tiramisú de limón con más éxito de acordes que de sabores. Sabina y Leiva. Poetas entre los compositores y la versión más natural, vivaz e independiente del rock nacional. Ambos regresan en 2014, aunque con perspectivas y formas muy diferentes.
El que fuera componente de Pereza no cesa en cosechar premios y reconocimientos en su carrera en solitario. Tras las pasiones que despertó su primer LP, Diciembre, el 28 de este mes verá la luz Pólvora, del que ya conocemos dos sencillos, Afuera en la ciudad y Terriblemente cruel, con los cuáles además de convertirse en líder en descargas, demuestra que sigue quemando carretera y tiene historias de bragas, amores a quemarropa y supervivencia en el underground más rockero, para rato.
No se ha complicado la vida. Es igual de práctico que de bohemio, y esa carta la juega siempre a su favor. Leiva supo muy pronto que acabaría rodando solo y es lo que pretende desde hace más de año y medio. No le va mal. Si con Diciembre dejó temblando a su público, tanto al femenino como al masculino, lo que se espera de este nuevo álbum es mucho más allá. Como ganancia, la ampliación de su banda, tan personal como propia, a la que ha añadido a su hermano Juancho (cantante del grupo Sidecars) o al icónico César Pop. Para conocer más detalles de este tremendo trabajo de estudio, ha querido dejar una perlita en forma de documental, Road Songs, en la que aprovecha para desvelar los secretos mejor guardados de su proyecto musical.
Por su parte, Sabina no se queda atrás. Él regresa en formato papel, deshojando una amplia, pero sobre todo auténtica, colección de dibujos y notas musicales en un libro que lleva por título Muy Personal y que pretende convertirse en su crónica de un retiro anunciado.
Aunque no es la primera vez que recibimos una amenaza de jubilación por parte del de Úbeda, en esta ocasión ha querido ser más sincero que nunca, y si bien es cierto que mantiene su humor y su sarcasmo más que directo en cada palabra que pronuncia, cada vez se hace más palpable la voz cansada de un Sabina que parece aguantarlo todo a pesar de apagarse siempre.
La idea inicial era un libro de memorias que «no le salió», tal y como declara. De ahí nace Muy Personal, a modo de cajón desastre con una pureza y bellezas únicas, propias de las manos que lo hicieron posible. Mientras tanto, el romántico más sucio que ha dado nuestro país, anuncia que no queda mucho para la publicación de su último disco y una gira de despedida.
Ya ven, unos estrenos de principio de año, demasiado ambigüos y de una calidad absolutamente inmejorable. Pero es que en la música, como en la vida en general, para que unos crezcan otros tienen que ir dejando libre su sitio. Esperemos que aún quede hueco para estos dos puros y terriblemente fieles empedernidos del buen sonido y las letras que emocionan.
