El mini parque temático de la música

Un aparcamiento poblado de coches indica que acabamos de llegar a nuestro destino, Rock in Río Madrid 2012. Ante nuestros ojos tenemos 200.000 m cuadrados que prometen música y ocio sin límites. Con la acreditación en la mano atravesamos el umbral del recinto de Arganda del Rey que acoge por tercer año consecutivo -y posiblemente último, debido a la escasa rentabilidad- un festival que vio la luz allá por el año 1985 en Río de Janeiro de la mano de Roberto Medina.

 En nuestro paseo hacia la sala de prensa vamos dejando  atrás estands de variadas marcas, montones de kioscos con bebidas y comida a un precio algo excesivo,  una noria, una tirolina y un falso césped poblado de parejas y familias con sus polluelos correteando de un lado a otro. Un universo lleno de seguridad en el que todo parece un simulacro de artificiosa diversión.

Con el acompañamiento de un tiempo veraniego bastante más fresco que los días anteriores – la agradable brisa que se nota de vez en cuando indica que ya hemos superado la fuerte ola de calor- reponemos fuerzas a base de bocadillos y agua. Seguidamente,  llega el turno de empaparse con los primeros sonidos musicales de la tarde en el día con más sabor español de todo el evento. 

En el escenario Mundo El Pescao es el encargado de arrancar los primeros bailoteos de los asistentes. La tarde prosigue con las actuaciones de dos consagrados conjuntos del panorama nacional, La Oreja de Van Gogh y  los murcianos Maldita Nerea para, posteriormente, alcanzar el atardecer con los pegadizos ritmos de Macaco.

Con Lorenzo ya escondido y Catalina radiante en el cielo, mientras los más fiesteros desfasan a placer en la sesión de electrónica, los primeros artistas internacionales de esta edición se apoderan del escenario. El primero, un atractivo Lenny Kravitz que, bajo sus inseparables gafas oscuras – parecen ya una parte de su anatomía-, derrocha testosterona en el escenario. Canciones como `Fly Away´, `American Woman´ o `Where Are We Running´ son recibidas por una multitud totalmente entregada que responde a cada estímulo musical con saltos, gritos y diferentes vítores dirigidos al músico neoyorkino.

Con el eco de Kravitz y sus majestuosos músicos – a destacar el magnífico solo del trompetista- todavía poblando el aire, el frescor de la noche desciende gracias a la  fuerza latina de Maná y el monumental chute de tequila que se mete el vocalista Fher Olvera. El grupo Mexicano, con una larga trayectoria que avala su buen hacer, cierra  el primer día de conciertos en Rock in Río con canciones tan famosos en su repertorio como `Oye mi amor´, `Mariposa traicionera´ o `Labios compartidos´.

Buena música dentro de un parque temático plagado de seguridad y merchandising que continuará hasta el día 7 de julio y que contará con actuaciones como las de Rihanna, Red Hot Chili Peppers e Incubus , entre otros.

 

Fotos por: Mª del Mar López

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