El Meister convence con su ‘Bestiario’ en la sala El Sol

El Meister Sala el Sol Portada

 

El Meister Sala El Sol

El músico vallisoletano Javier Vielba, de nombre artístico El Meister, presentaba el pasado miércoles su primer disco en solitario, Bestiario, en la madrileña sala El Sol. El disco, que sorprendió tanto a la crítica como al público se alejaba del registro al que el cantante nos tenía acostumbrados con sus otras dos bandas –Arizona Baby y Corizonas– y mostraba a un Javier que se inspiraba en el folk, el country y hasta en la música popular castellana. El concierto, primero en la capital y perteneciente al ciclo Son Estrella Galicia, suponía aun así un reto, teniendo que demostrar si las canciones funcionaban bien en directo o, si por el contrario, el proyecto en solitario del músico era poco más que un experimento.

Pasadas las diez y media de la noche empezaba a sonar por los altavoces Chupacabras, uno de los dos cortes instrumentales del disco y quizás el más experimental. Mientras una voz distorsionada repetía incesantemente el nombre del mítico animal, aparecía ante el público El Meister. Vestido totalmente de negro y con aspecto de predicador del sur de Estados Unidos, el músico destacaba sobre un escenario sencillo, donde sólo había sitio para su guitarra acústica, un pequeño bombo de batería y un sintetizador escondido.

El Meister Bestiario

Algo más nervioso de lo que suele acostumbrar, saludaba El Meister con un «Qué salgan las bestias» al centenar y medio de personas que se habían reunido a pesar del frío de la noche madrileña. Arrancaba el repertorio con País del alce, primera pista del álbum y la que tiene un carácter más rockero, en sintonía con sus trabajos en Arizona Baby. Sobre unas bases programadas con los arreglos, aparecían con fuerza los acordes de la guitarra, instrumento que Javier maneja con solvencia. Aun así, el público se mantuvo frío durante esta primera parte, más preocupados de juzgar esta nueva etapa del cantante que de disfrutar del concierto.

Tras este primer tema, El Meister decidía prescindir de las grabaciones, dejando el peso principal del acompañamiento al bombo, que él mismo manejaba con el pie derecho. Sorprendía a todos los asistentes cuando anunciaba que el segundo tema de la noche sería una canción nueva, Doce de cada diez, en cuya presentación aludía a la reciente encuesta del CIS: «Doce de cada diez personas prefieren al Meister» afirmaba. El nuevo tema se aleja de lo mostrado en el primer disco, con tintes más rockeros.

A lo largo del concierto sonaron versiones de Los Ganglios, Silvio Rodríguez y Parálisis Permanente

La actuación continuaba mientras el artista desgranaba los temas de Bestiario, Los perros ladran y Gallo rojo, Gallo negro, canciones con las que comenzó a mostrarse más cómodo en el escenario a la vez que el público se iba olvidando del escrutinio y comenzaba a conectar con la música. Aprovechando inteligentemente la situación, presentaba entonces otro corte nuevo que presumiblemente se incluirá en una futura referencia de El Meister. Este tema, bautizado como Max Estrella, de corte más pop, demostraba que son varios los registros a los que puede hacer frente sin perder la esencia folk que caracteriza este proyecto en solitario.

Tras aproximadamente media hora de concierto y con un Javier ya pletórico, con la actitud a la que acostumbra con sus otros grupos, llegaba el turno de El oso, single del disco y quizás la canción más coreable. De nuevo aprovechando el sintetizador para poner las beses del tema, un tono más relajado le permitía demostrar la habilidad vocal de la que siempre ha hecho gala.

 

A continuación, y con el público disfrutando plenamente del concierto, llegaba la primera versión y gran sorpresa de la noche. El tema elegido, VHS de Los Ganglios, perteneciente a su último LP, Lubricante. El grupo, que practica un estilo punk-electrónico se encuentra en el polo totalmente opuesto de la música de El Meister. Aun así, la versión llevada totalmente a su terreno no perdió su esencia e incluso adquirió un tono más gamberro en la voz de Javier.

El repertorio continuaba con otros dos temas nuevos, Antes sí, ahora ya no y Escalofríos, de estribillos pegadizos hasta el punto de pedir la colaboración del público para cantarlos. Con estas canciones, de corte más pop-rock, pero sin perder la esencia country, se incrementaban las dudas sobre qué camino tomará el próximo disco. Ante la sorpresa palpable del público Vielba no dudó en cercarse al micrófono y sentenciar: «Libertad a tope». Inmediatamente después, y sin previo aviso, comenzaba la segunda versión de la noche, Canto de vendimia de Joaquín Díaz, todo un exponente de la música popular castellana y que servía para traer de nuevo la música de El Meister a las raíces de las que procede. Siendo muy fiel a la canción original, aceleró un poco su ritmo y consiguió que los asistentes bailaran como si de una fiesta popular de un pueblo se tratara. Terminaba la canción lanzando un reto con algo de sorna: «Ahora que venga un negro del Mississippi y que cante esto».

«Libertad a tope», sentenciaba El Meister

Llegaba la recta final del concierto y lo hacía con las canciones restantes de Bestiario, Romance del burro listo y Sueño con serpientes. Con la primera canción, que tuvo el detalle de dedicarle al público, acabó por convencer al mismo y dejó el ambiente preparado para el último tema, versión de Silvio Rodríguez pero con un carácter más psicodélico.

El Meister sala El Sol vertical

Tras apenas un par de minutos en los que el cantante «no tuvo tiempo ni de echarse un cigarro» reaparecía El Meister en el escenario para el bis. Habiendo interpretado casi en su totalidad el disco, el público esperaba con expectación qué canciones servirían para acabar la velada. Arrancaba la última parte con Logia personal, que en palabras del músico fue el primer tema que compuso en castellano en solitario y que, siendo una «oda a la individualidad», le sirvió para originar el proyecto en solitario. A continuación, la última versión de la noche dedicada a su sello discográfico, Subterfuge, en el año de su 25 aniversario. Autosuficiencia, de Parálisis Permamente fue la elegida, un tema icónico del punk español de los 80 que sirvió como una declaración de intenciones.

Llegaba el momento de terminar y Javier se descolgaba la guitarra, cuando empezaba a sonar la música de otra nueva canción, Autómata, esta vez totalmente electrónica. Con el micrófono en la mano se bajaba el músico del escenario mientras recorría la sala, consiguiendo que todo el público olvidase por un momento el concierto que acababa de ver y se creyesen en una discoteca. Sin duda, toda una sorpresa que demostraba por enésima vez a lo largo de la noche que Javier Vielba tiene libertad total a la hora de componer y que a pesar de sus raíces rockeras no tiene miedo a afrontar ningún estilo.

Para finalizar la fiesta en la que se había convertido la sala El Sol, sonaba por los altavoces el segundo tema instrumental del disco, Megalodón, completando así los temas de Bestiario. Se despedía ya de manera definitiva El Meister, no sin antes mostrar su agradecimiento al público y a la sala.

Cumplió así el músico el reto que tenía por delante. Bestiario, un disco que en principio resultaba extraño y alejado de lo que se esperaba del músico, alcanzó en directo el espíritu y la actitud rock que son señas de identidad de El Meister. Además, dejó claro que el proyecto no es algo puntual y que su inquietud creativa le está llevando a experimentar con otros estilos, en principio más distantes pero en los que, al menos en directo, se defiende con solvencia. Nos quedamos con ganas de verle más adelante y de escuchar en detalle los nuevos temas.

Roberto Juanes

Antiguo biotecnólogo reconvertido a aspirante de periodista cultural por mi afición a la música. Discos, conciertos y fixies ocupan todo mi tiempo.

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