/

El Kanka: «Me gusta más dar un mensaje constructivo que recrearme en la miseria»

El Kanka | Jennifer Gómez

Juan Gómez Canca (Málaga, 1983) tuvo «su día de suerte» cuando decidió dejar Económicas para lanzarse de lleno a la música. Puede que la sociedad haya perdido a un buen economista, pero lo que está claro es que ha ganado un mejor artista. Comenzó tarde pero con atino, Doctor Desastre fue su primer grupo que, finalmente, desembocó en lo que es ahora: El Kanka. Tres discos en tres años: Lo mal que estoy y lo poco que me quejo (2013), El día de suerte de Juan Gómez (2014) y, su último trabajo, De Pana y Rubí (2014). Ahora está enfrascado en la promoción del último y viene «descansado y a tope» para lo que le espera estos primeros meses del año. El pasado 1 de febrero presentó su disco en el Forum de FNAC Callao en Madrid, evento que no quisieron perderse decenas de seguidores del malagueño y nosotros estuvimos ahí para charlar con él.

Cultura Joven: ¿Cómo comienza su relación con la música?

El Kanka: Hace bastante tiempo. Tenía unos 17 años, empecé tarde pero como ya soy mayor… Probé con el piano en una academia de Málaga haciendo canciones de Disney y luego me dio por la guitarra. Aprendí un poco los acordes y desde el principio me gustó un montón, vi que aprendía muy rápido. Tenía, además, mucho interés en componer desde el principio y ya fui metiéndome…

CJ: De hecho, dejó Económicas para estudiar Filosofía y entrar al Conservatorio, ¿qué es lo que le hizo dar el paso para llevar a cabo un cambio tan grande?

EK: No tenía claro todavía el camino. Terminé con 18 años el instituto y, como se me daban muy bien los números, pensé en meterme en Económicas, que era algo que tenía salidas. El primer año lo aprobé todo pero no me gustaba ni un poquito, además yo estaba ya con la guitarra. En el segundo año me apunté al Conservatorio y entonces empezó a picarme el gusanillo de la música. Así que me salí a mitad de Económicas y quise meterme en Filosofía, que sí me gustaba más y me parecía muy interesante. Pero, finalmente, como lo de la música le ha ido comiendo terreno a todo, incluso a mi vida personal, me quité incluso del Conservatorio. Aun así, no descarto volver en algún momento de mi vida al Conservatorio o a Filosofía. A Económicas, sin embargo, ya te puedo asegurar que no (risas).

CJ: Su carrera musical comenzó en el grupo Doctor Desastre hasta que lo dejaste en 2007, ¿por qué decidió lanzarse en solitario?

EK: No fue una decisión. De hecho, con muchos de los músicos de Doctor Desastre he seguido trabajando, como con El Manin, que es mi percusionista, mi escudero de siempre. Además que el vocalista era yo también pero con un concepto más de banda, y ya cuando me vine a Madrid me di cuenta de que podía moverme yo solo. Me podía ir, por ejemplo, a Barcelona, que fue uno de los primeros sitios a los que fui, pero claro, si íbamos cuatro tíos no nos salía rentable porque no nos conocía ni Dios. Entonces podía ir yo solo y esperar que fueran 10 o 20 personas y con eso, al menos, pagarme el autobús. Entonces empecé como El Kanka, que es mi apellido y apodo. Me presenté a certámenes de cantautores y el nombre de El Kanka fue adquiriendo más importancia. Realmente fue un cambio de nombre.

CJ: Y ahora en tres años consecutivos ha sacado disco, no ha parado de trabajar, ¿cómo se compagina eso con su vida normal? ¿O no tiene?

EK: No… Carezco de ella (risas). Bueno, ahora, por ejemplo, vengo de tomarme un mes sabático muy necesario. También otras veces tengo alguna semana suelta en la que estoy en mi casa tranquilo. Pero la verdad que sí, que este último año, que ha coincidido la despedida del segundo disco con la presentación del tercero, ha sido mucha locura. Grabamos en verano y seguíamos teniendo conciertos… Pero mira, he sobrevivido. Aquí estoy, ya he descansado y vuelvo a tope.

El Kanka en FNAC Callao
El Kanka en FNAC Callao

CJ: Además, estos meses la gira la has hecho tú solo…

EK: Claro. Además coincidieron la gira y la promoción de este último disco con algunos actos en FNAC entre semana, y hubo un mes que no hubo ni un solo día de descanso, cada día en una ciudad. Ha sido intensillo, para qué te voy a engañar.

CJ: Normalmente, identificamos la música de autor con letras tristes, de cantantes enamorados o, más bien, desenamorados… Su música, en cambio, es fresca, positiva, viva… ¿cómo hace para desmarcarse de aquélla?

EK: A ver, yo soy cantautor porque hago las canciones y las defiendo solo, pero para mí también es cantautor Robe Iniesta o el Lichis, que estaba en La Cabra Mecánica antes. Es gente que tiene un compromiso con la letra aunque luego tenga un concepto de banda. En mi caso, yo soy un tío alegre, me gusta más dar un mensaje constructivo que recrearme en la miseria, que también está muy bien y bonito, que hay canciones tristísimas muy bonitas por ahí. De hecho, yo soy un seguidor de los boleros y las canciones de desamor apocalípticas, pero a mí por mi carácter y por mi modo de entender la creación me sale así.

CJ: ¿Cuáles han sido y son sus principales influencias musicales?

EK: Pff, variopintas. Sobre todo, mucha música en español y sudamericana, porque en mi casa siempre se escuchaban muchos tangos y folclores argentinos. Me gusta mucho ese tipo de música, pero últimamente me ha dado por un sonido más anglosajón como Matt Corby o Charlie Winston. Me gusta muchísimo Extremoduro, el Lichis, Armando Manzanero. De todo. Pero me gustaría incluso ser más abierto, mientras más música se escuche mejor.

CJ: El nombre que da título a su último disco (De Pana y Rubí) dice que es fruto de las contradicciones de la vida, ¿qué contradicciones hay ahora mismo en la suya para que decidiera llamarlo así?

EK: Muchísimas (risas). En realidad no me refiero tanto a una contradicción psicológica; es más un concepto de yin y yang, de que al final vivimos una vida que tiene sus luces y sus sombras y que sin unas no existirían las otras, o al menos no tendrían tanto sentido. De Pana y Rubí, además, es una frase de una de las canciones del disco que habla de la vida y de que si todo estuviera lleno de luz, a lo mejor no la valoraríamos luego tanto. Siempre debe haber ese equilibrio entre lo bueno y lo malo.

CJ: Querría ha sido el primer single, ¿por qué este bolero?

EK: Pues porque en el disco anterior habíamos sacado un lado más punk, con A desobedecer, y en realidad tengo otra vertiente de canciones más románticas. Por tanto, queríamos mostrar también esa parte de mí. Además, es una especie de bolerito antiguo que me encanta y hemos decidido eso, lanzar algo distinto.

CJ: ¿Y hay alguna canción de este disco a la que le tenga especial cariño o no puede decidirse?

EK: Esta pregunta siempre es difícil porque, al final, son como mis niños. Pero sí es verdad que tengo una que es más especial para mí, se llama Para quedarte, y es la canción bonica que tiene que haber en todos los discos. Es del amor puro que tengo hacia una persona concreta y habla de la gente que llega a tu vida y que, desde el primer momento, sabes que va a quedarse. La compuse con mucha sinceridad y muy desde dentro, por eso cuando la canto la siento de otra manera.

CJ: Normalmente le acompañan El Manin y Álvaro Ruiz, ¿cómo surgió este trío?

EK: El Manin ya estaba en Doctor Desastre. Alvarito se incorporó porque en la presentación del primer disco yo estaba ya muy harto de defender las canciones igual que siempre. Me parecía ya repetitivo y me apetecía meter a un miembro más. Resultó que ninguno de los músicos con los que había trabajado podía. Por ejemplo, mi guitarrista estaba con Rozalén, el bajista con Izal… tenían otros proyectos. Entonces, yo había conocido casualmente a Álvaro Ruiz y me gustaba mucho cómo tocaba. Lo llamé en principio solo para hacer la última gira del primer disco pero nos gustó tanto que nos lo hemos quedado, así como animal de compañía (risas).

CJ: Hablemos de lo que viene. Para este 2016 ha confirmado ya el primer festival, Cabo de Plata en Zahara, ¿cómo afronta este cambio de escenario, de las salas a lo que supone tocar en un festival?

EK: Cuando lo he hecho ha ido bien, la verdad. Estoy menos acostumbrado, es bastante impresionante verlo desde arriba, pero al final intento no perder mi esencia. Obviamente la gente ni me ve la cara porque hay mucho público, pero yo intento que se lo pasen bien y tener el mismo rollo que tengo en una sala pequeña. Pero sí que me tiemblan un poco las piernas.

CJ: ¿Y habrá alguno más?

EK: Espero que sí. Creo que ya tengo alguno confirmado pero que no puedo anunciar aún, y espero que vengan más, que al final lo que yo quiero es currar. No hemos sido nunca muy festivaleros pero yo no lo descarto, me encanta también ese rollo.

Jennifer Gómez Martínez

Poesía y música de autor, dos pasiones indispensables la una de la otra. La música es poesía.

Escribo pero no toco ningún instrumento, en beneficio de vuestros oídos.

Deja una respuesta

Your email address will not be published.