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Carla Lourdes: «Descubrí el lunar de la oreja de alguien que conocía desde hacía tiempo, pero nunca me había acercado lo suficiente para apreciar ese matiz»

Carla Lourdes en su nuevo trabajo discográfico © Barbara Ceballos
Carla Lourdes en su nuevo trabajo discográfico ©Barbara Ceballos

Por Manuel Alcalde y Miriam González

Carla Lourdes (Ponferrada, 1997) vive un momento de gran emoción y satisfacción con el lanzamiento de su primer álbum, El día que descubrí el lunar de tu oreja. Este trabajo, que incluye 9 canciones en formato digital y 10 en físico, culmina un año y medio de dedicación y materializa su sueño de compartir su música.

«Cuando abrí la caja hace unas semanas en casa lloré al ver el vinilo», recuerda la cantante ponferradina. Tener el disco físico en sus manos fue un momento de pura emoción, el formato físico fue la base desde la que concibieron toda la parte visual del proyecto. A pesar de sus bajas expectativas, la recepción de su álbum ha sido abrumadora, especialmente en Madrid, donde la firma de discos superó todas sus previsiones.

Divide su vida entre Galicia y Madrid, con el deseo de tener el mar y su tierra como «base de operaciones». Si bien disfruta de Madrid para proyectos específicos, no es capaz de verse manteniendo una rutina diaria en la capital. La flexibilidad es clave, ya que compagina su carrera musical con su profesión de enfermera a tiempo completo. «Conciliar ambas profesiones es desafiante», sufriendo días intensos rematados por pocas horas de sueño, además, trabaja en salud mental y asegura que destina «mucha energía a mis pacientes, me apetece hacerlo y me gusta hacerlo». A pesar de todo, la pasión que siente Carla por su vocación es lo que le permite seguir adelante. En el futuro espera poder dedicarse exclusivamente a la música

Carla lleva escribiendo canciones desde los 13 años, pero no fue hasta 2020, durante la pandemia y pasando por una situación personal difícil con la enfermedad y posterior fallecimiento de su madre, cuando decidió compartir su música. «¿Qué me estoy perdiendo?» es la reflexión que la llevó a ordenar sus prioridades y a dar el salto a la vida pública, lanzando sus primeros sencillos en 2021. Antes de esto, su experiencia musical incluía estudios de violín y piano en el conservatorio, versiones en YouTube y un breve paso como corista de Sabela Cereijo, lo que le dio una primera aproximación al escenario gallego y la reafirmó en su deseo de dedicarse a la música.

Carla Lourdes: «Con él tengo la confianza de poder abrirme sin miedo en ese espacio»

Raúl, músico, productor y compañero de composición, es una pieza fundamental en el proyecto de Carla Lourdes. La confianza mutua entre ambos es vital, «con él tengo la confianza de poder abrirme sin miedo en ese espacio» íntimo y privado como es el proceso de composición. Aunque Raúl es su principal apoyo, también han buscado colaboraciones externas, como el retiro en Ribeira Sacra que dio origen a la canción Ficción, demostrando su deseo de aprender y expandir sus horizontes creativos.

El álbum contiene dos canciones con particularidades especiales. Todas mis apuestas, disponible solo en formato físico, es un gesto de agradecimiento a quienes apoyan este formato. Además, musicalmente, busca mostrar el origen de sus canciones: un sonido más crudo y orgánico, con un piano desafinado y una guitarra que lo acompaña, reflejando el proceso creativo desde casa. Por otro lado, El desorden, la única canción del álbum con violín es descrita como el «patito feo» del disco. Aborda la sensación de que la vida, que creías organizada, se desordena y te obliga a empezar de nuevo. La inclusión del violín, un instrumento que la ha acompañado durante años, fue una idea de Carla, con arreglos de Eva Monroy y la producción de Raúl, quien logró integrar su sonido orgánico con los elementos electrónicos del resto del disco.

Carla muestra su lado más emocional en su nuevo álbum © Barbara Ceballos
Carla muestra su lado más emocional en su nuevo álbum © Barbara Ceballos

Carla Lourdes y Raúl han creado un sonido distintivo que no se adscribe a un único género. Aunque se pueden encontrar elementos de pop electrónico, sintetizadores indies y un gran peso en las letras, buscan fusionar la profundidad lírica del cantautor con ritmos bailables. Su objetivo es crear un sonido propio, único e identificable, y evitar sonar como otros artistas. «A la hora de las letras yo soy muy de cantautores como Quique González y Xoel López», además, admira el trabajo de artistas como Yoly Saa, a quien tuvo muy presente durante la creación de su álbum.

El título del álbum, El día que descubrí el lunar de tu oreja, surge de una experiencia personal de Carla, «descubrí el lunar de la oreja de alguien, eso me dio pie a pensar que conocía a esa persona desde hacía tiempo, pero que no me había acercado lo suficiente como para apreciar ese matiz». Esta revelación la llevó a reflexionar sobre la necesidad de acercarse a las personas, a uno mismo y a las emociones para poder entender y apreciar sus matices. El disco, en esencia, es un viaje de «acercamientos emocionales».

El miedo ha sido una emoción central en todo el proceso de creación del álbum. Inicialmente, la cantante tuvo un bloqueo creativo después de una campaña de crowdfunding, que la llevó a reescribir por completo el disco. La canción La calma fue la que rompió este bloqueo, permitiéndole retomar textos antiguos donde hablaba del miedo y de una ruptura amistosa, reflejada en Cuestión de tiempo. También aborda emociones positivas, el amor y el desamor, la duda y, especialmente, las expectativas, a las que considera un elemento que le causa mucho daño. Carla confiesa que escribir estas canciones la ayuda a comprenderse mejor y a ordenar el «batiburrillo interior» de sus sentimientos, confirmando que se considera una persona «250% emocional», donde la parte racional actúa como un equilibrio necesario.

Redacción CJ

La redacción de Cultura Joven está formada por los alumnos del Máster en Periodismo Cultural, que desde 2007 recibe, cada año, a una nueva promoción

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