El Instituto Cervantes y una caja de sorpresas acorazada

Vista del edificio Cervantes
Vista del edificio Cervantes. Fuente: Ifema.

Los alumnos del Máster de Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo tuvieron la oportunidad de acceder al Edificio Cervantes de Madrid en una visita exclusiva y formativa.

Por Begoña Campos y Manuel Alcalde

El pasado 14 de noviembre los alumnos del Máster en Periodismo Cultural de la Universidad San Pablo CEU tuvieron la oportunidad de visitar la sede principal del Instituto Cervantes, en Madrid. El recorrido, guiado por Miguel Marañón, permitió conocer la historia de esta importante institución en su actual sede, apreciar algunas zonas habitualmente cerradas al público y entender el propósito del Instituto Cervantes como organización cultural pública, fundada en 1991 en España.

Miguel Marañón, jefe del departamento digital de cultura, explicó a los alumnos la misión de la entidad: promocionar la lengua española y las culturas hispánicas en el exterior de España. Además de una visita por diferentes lugares de relevancia en el edificio.

El Instituto Cervantes depende del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España. Con el propósito de alcanzar la universalidad, su expansión abarca más de 90 ciudades, en 45 países, en los cinco continentes. Suma alrededor de 130 establecimientos entre los que se encuentran los Centros del Instituto Cervantes de enseñanza del español y lenguas oficiales; o el Aula Cervantes, que surge de un convenio con universidades donde habilitan instalaciones para el aprendizaje del español.

Edificio Cervantes, principios del Siglo XX

El edificio Cervantes fue construido por los arquitectos Antonio Palacios y Joaquín Otamendi a principios del siglo XX, dando lugar a una construcción señorial en su interior, así como fácilmente reconocible gracias a su emblemática puerta de las Cariátides. A finales de los años 40 el edificio fue ampliado, dejando hasta la actualidad unas oficinas con el reconocible estilo de la época, con sus colores apagados y tranquilos. La propia página del Instituto ofrece más información sobre su llamativa sede 

Vista de la puerta de las Carátides
Vista de la puerta de las Cariátides. Fuente: Mirador Madrid.

El edificio Cervantes fue edificado por los arquitectos Antonio Palacios y Joaquín Otamendi a principios del siglo XX. Se caracteriza por la construcción señorial de su interior, así como por ser fácilmente reconocible gracias a la emblemática puerta de las Cariátides. A finales de los años 40 el edificio fue ampliado, dejando hasta la actualidad unas oficinas con el reconocible estilo de la época, con sus colores apagados y tranquilos. La propia página web del Instituto Cervantes ofrece más información sobre su llamativa sede.

La visita permitió apreciar claramente el curioso legado del edificio. Previamente pertenecía al Banco Central, algo que se hace evidente al inspeccionarlo de las formas más curiosas al recorrerlo. Dispersos por las distintas salas de la sede todavía quedan restos de su pasado como centro bancario, creando un interesante contraste entre su actual función cultural y su antigua actividad empresarial.

Escultura y vidrieras mitológicas

Sin duda uno de los ejemplos más llamativos de su historia como banco es el conjunto compuesto por una escultura y varias vidrieras representando distintas formas de industria, que adopta la forma alegórica de una mujer. A su alrededor se encuentran numerosos elementos simbólicos, como maquinaria o engranajes en referencia a la actividad industrial, una cornucopia como señal de abundancia. También, por ejemplo, se observan estos elementos en las vidrieras situadas tras la escultura, como es el caso del dios griego Hermes, en cuya esfera de influencia se incluyen los viajeros, mercaderes y el ingenio, quien es representado tumbado y con su característico casco alado.

La Caja de las Letras, sorpresa acorazada

La herencia del banco incluyó una sorpresa a la llegada del Instituto Cervantes al edificio de las Cariátides. En sus entrañas se escondía un guardián inamovible que perteneció al Banco Español del Río de la Plata, su cámara acorazada. Este protector fue obra de Manuel Cabanyes en 1918 con el fin de custodiar aquello más valioso para el banco. Desde 2007 le fue asignada una nueva misión: encapsular la vida cultural. Ahora, rebautizada con el nombre de Caja de las Letras, es guardiana de las letras, la música, el cine, el arte, la danza, el teatro…

Entrada a la Caja de las Letras
Entrada a la Caja de las Letras. Fuente: Condé Nast Traveler.

Casi 1800 cajas son las que esconden los secretos legados de importantes figuras de la cultura española e hispanoamericana. Entre los que se ha encontrado el bombín de Joaquín Sabina. El vestido de Ángela Molina de la película Las cosas del querer. Las bailarinas que envolvieron los pies cubanos de Alicia Alonso. O cajas para las que la paciencia será el único recurso para revelar su contenido como la de Amelia Valcárcel, cuya apertura está prevista para el año 2100.

Francisco Ayala, premio Cervantes en 1991, fue el primero en encapsular la cultura en el tiempo. El 15 de febrero de 2007 encerró su legado en la caja de seguridad número 1032. Pero hasta el año 2057 no se podrá revelar el mensaje que esconde su carta manuscrita y un contenido personal. ¿Habrá dejado una oda a la letra Z tras haber ocupado su silla en la Real Academia Española?. 

La portada de las cajas en el interior no solo refleja el número, el nombre de la figura cultural o la fecha prevista para la apertura, sino que también se pueden encontrar textos como el del escritor y poeta argentino Jorge Luis Borges:

“El verbo leer, como el verbo amar o el verbo soñar, no soporta el modo imperativo.”

O los versos de la poetisa española Gloria Fuertes:

“Se puede crear pintura, escultura y música abstracta, pero una casa, un amor y un poema no pueden ser abstractos.”

Caja de Juana Inés de la Cruz

La cúpula acristalada

El recorrido finalizó con una breve visita a la sala situada en la cúpula del edificio que, si bien está cubierta, no deja de resultar impresionante. La estructura cuenta con numerosas vidrieras representando los escudos de varias provincias de Argentina. Es evidente, al observar este detalle, que la cúpula es un resto de la construcción original del edificio, pensado como sede del Banco Español del Río de la Plata. En la actualidad la sala está dedicada a conferencias, tal y como atestigua la enorme mesa ovalada provista de micrófonos situada en su centro.

Vista del interior de la cúpula
Vista del interior de la cúpula. Fuente: Mirador Madrid.

Redacción CJ

La redacción de Cultura Joven está formada por los alumnos del Máster en Periodismo Cultural, que desde 2007 recibe, cada año, a una nueva promoción

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