El cine que captura la ansiada libertad de los niños

Fotograma de la película 'Tomka y sus amigos', de Xhanfise Kenko
Fotograma de la película 'Tomka y sus amigos', de Xhanfise Kenko

El Museo Reina Sofía proyecta el ciclo de cine ‘El mundo para la infancia’ para descubrir el trabajo de la directora albanesa Xhanfise Kenko entre 1972 y 1987

«Estamos creciendo en tiempos difíciles, en un lugar rodeado de pobreza. Lo único que poseemos con orgullo es el campo en donde jugamos con entusiasmo. […] Lucharemos por él, a pesar de que solo somos niños. Odiamos a los ocupantes, ansiamos la libertad». Con el ceño fruncido, subidos a los árboles, los niños cantan estos versos mientras miran con añoranza y tristeza el descampado en donde solían jugar al fútbol. Un terreno que saben que les pertenece, a pesar de que se lo hayan quitado. La determinación con la que observan en la lejanía ese espacio indica que no van a rendirse. Son pequeños, pero saben lo que quieren.

La escena, que pertenece a la película Tomka y sus amigos (1977) de la directora albanesa Xhanfise Kenko (1929-2007), refleja a la perfección la mirada de admiración y respeto con la que aborda la cineasta la niñez. Se trata de uno de los cuatro filmes (junto a Beni camina solo, Mimoza caprichosa y Taulant quiere una hermana) que el Museo Reina Sofía, en colaboración con Numax, proyecta estas semanas en el marco del ciclo El mundo para la infancia. Con esta actividad la institución pretende realzar la figura de esta autora, que desarrolló su trayectoria artística entre 1972 y 1987 y filmó un total de once largometrajes.

Fragmento de la canción de la película ‘Tomka y sus amigos’, de Xhanfise Kenko

Kenko centra su cinematografía en explorar la psicología infantil; en ahondar en los sueños, desafíos, frustraciones y aspiraciones de los pequeños y tratar este período de edad no como una transición o una fase que deriva en la adultez, sino como una etapa con autonomía y compleja que merece una atención propia. Sus historias tratan de explorar la aparente sencillez del pensamiento de la infancia para concluir con el descubrimiento de un vasto mundo interior que contiene un lenguaje propio y cautivador.

Es importante en este camino resaltar el contexto socio-político de Albania en las décadas en las que la directora desarrollaba su obra, en las que comandaba el socialismo soviético. La ideología predominante contagia estos relatos fílmicos y envuelve de camadería las relaciones que mantienen los personajes. El cuidado y el amor que se profesan los pequeños, protegiéndose unos a otros y priorizando el bien común, es un ingrediente fundamental en el cine de Kenko. Sin embargo, no se percibe como algo impostado (a pesar de que tuvo que sufrir la censura y someterse a un rígido canon), sino natural dentro de la construcción de sus historias debido a la realidad idiosincrática que vivía el país.

Fotograma de la película 'Tomka y sus amigos', de Xhanfise Kenko
Tomka, protagonista de la película ‘Tomka y sus amigos’, de Xhanfise Kenko, durante una de las escenas

A pesar de todo, su interés por reflejar el mundo interior de los niños le permitió plantear temas altamente controvertidos para la sociedad albanesa de la época, como el divorcio o la malacrianza de las clases pudientes y su repercusión en el crecimiento de los niños. Asuntos que permitían llevar a la reflexión a los adultos.

Un recreo en el set de rodaje

Destacan los métodos que utilizaba la autora para realizar sus películas, que se basaban en las técnicas pedagógicas acuñadas por el psicólogo Lev Vygotsky. El juego era la táctica fundamental para alcanzar el realismo en la interpretación de los menores con los que trabajó la cineasta (más de 60 en toda su carrera), que en su mayoría no eran realmente actores. Kenko permitía que sus obras fílmicas fluyesen y se transformasen según las necesidades de los propios pequeños: reescribía los guiones en base a sus comentarios, colocaba las cámaras a su altura y convertía los sets en un espacio de recreo para adecuarse a su energía. De esta manera, la infancia no se implica solo en las temáticas de sus filmes, sino que sirve como motor y canal en el proceso de creación.

A pesar de las peculiaridades y el interés que suscita su cine, que ha podido ser comparado con otros grandes cineastas como Jean Viggo, François Truffaut o Abbas Kiarostami, Kenko no ha sido tan reconocida a nivel internacional. Por este motivo, el ciclo del Reina Sofía, en el que además del visionado también pueden escucharse en diferido las opiniones sobre la cineasta de otros creadores como Mark Cousins, Thomas Logoreci o Denise Keko Andoni, pretende acercar un poco más su creación.

La institución proyectará las películas hasta el próximo sábado, 29 de abril, de manera gratuita. Las entradas pueden adquirirse en taquilla o mediante la página web del museo.

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