El Beethoven japonés es un farsante

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Mamoru Samuragochi

El mundo de la música es altamente competitivo. ¿Hasta qué punto estarían dispuestos a llegar los artistas para alcanzar la gloria? No se sabe de ninguno que haya trazado pactos con el diablo ni nada semejante, pero sí hay otros que ya se atribuyen, sin pudor de ninguna clase, méritos que no son propios, y es que la crisis los golpea cruelmente y los escrúpulos no están de moda. Su nombre es Mamoru Samuragochi, y se le conoce como «El Beethoven japonés», no obstante, ya ha revelado ante todo el país que no son suyas las canciones que se tenían como tales, él no compone la música clásica con la que enamora a sus oyentes. A los cincuenta años de edad ha interpretado temas tan populares allí como Hiroshima, pero todo cae y su abogado declaró en su nombre hace algunos días que quien realmente le escribe los temas es otro artista al que siempre ha mantenido en la sombra.

Esta revelación ha sido todo un alboroto en Japón, tanto que la distribuidora principal del país, Nippon Columbia, tomó la determinación de retirar todos sus discos del mercado, así como emprender una suspensión de ventas, tanto en tiendas como en internet. Del mismo modo, se han cancelado todos sus conciertos. Declaraciones de su defensor dejan entrever la verdad. El hecho es que durante diez años fue otro músico quien, inspirándose en ideas samuragochi, le compuso todos los trabajos que después firmaba como propios. La prensa ha recogido algunas declaraciones de su jurista: «Esto supone una traición a sus seguidores y ha decepcionado a todos, sabemos que es algo lamentable y no queremos ni vamos a intentar buscar ninguna excusa». El misterioso ayudante oculto ha confesado, se trata de Takashi Niigaki, (43 años) un profesor de música que trabaja a tiempo parcial en la prestigiosa escuela Toho Gakuen, él fue su mano de obra durante dieciocho años.

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Takashi Niigaki

Según su biografía, los padres de Samuragochi sobrevivieron al bombardeo de Hiroshima y a él le sobrevino una enfermedad degenerativa que le provocó la sordera total a la edad de 35, pero aún y con eso siguió adelante con su profesión. Asegura en sus escritos ser un músico autodidacta y aclara que fue su madre quien le enseñó a tocar el piano siendo muy pequeño, incluso detalla que en la preadolescencia ya interpretaba perfectamente a Beethoven y Bach. Su mayor éxito fue Sinfonía nº1, Hiroshima, de la que se vendieron más de diez mil copias en 2013 y eso supone una enorme cantidad teniendo en cuenta que se trata de música clásica japonesa.

Niigaki ofreció una rueda de prensa donde afirmó que su demandado no tenía ningún problema de audición, además asegura que nunca le dio esa sensación ya que muchas veces, al escuchar notas juntos, él proporcionaba su propia opinión sobre la misma. También aprovechó para disculparse públicamente por participar en lo que consideraba un fraude y admite haber recibido grandes sumas de dinero por las piezas que creaba y luego ese impostor hacía suyas. En contra de este testomio está el de su letrado, quien garantiza que este hombre posee un certificado que dictamina con pruebas su discapacidad.

 

Cristina González Boyarizo

Periodista, redactora de la sección cultural en www.lasemana.es. Actualmente cursando Máster de Periodismo Cultural.

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