El antiguo Madrid de Sorolla

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El pintor Joaquin Sorolla presenta su visión del Madrid antiguo, aquel Madrid del S. XIX  , a través de sus cuadros. Los trajes, las personas, incluso sus conductas o sus costumbres quedan reflejados en su obra pictórica y dejan latente su forma de ver el país, de observar su interior. La exposición La mirada etnográfica de Sorolla, que tiene lugar en el museo madrileño del mismo nombre hasta el próximo 25 de mayo de 2014, representa una gran oportunidad para los amantes del arte, sobre todo para comprobar cómo se plasma en él el costumbrismo del lugar y para admirar la gran obra de documentación y dibujo que llevó a cabo el artista.

Esta es una excusa lo suficientemente válida para conocer las formas de vestir y de comportarse, en cierto modo, de los españoles de aquella época ya tan lejana para el espectador. La muestra se centra en la faceta de coleccionista de Sorolla y reúne gran cantidad de los hallazgos que llegó a poseer fruto de sus viajes por el país a fin de completar su trabajo para la Biblioteca Hispanyc Society de Nueva York, encargado por el directivo Archer M. Hungtinton en 1911. Fueron ocho años de experiencias e imágenes por distintos pueblos y localidades españolas. Años en los que Sorolla se documentó y recogió vestimentas, complementos y joyas que ahora quedan plasmados y expuestas al público.

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Además de pinturas, en el museo también se exponen maniquís que lucen los trajes más pintorescos y típicos de cada zona de España. Algunas de sus piezas se hallan guardadas en el propio centro, otras se han donado a la Fundación Museo Sorolla por la familia Pons Sorolla y es la primera vez que se muestran al público. El recorrido se completa a base de fotografías y cartas. Son veinticinco cuadros y nueve conjuntos de indumentaria. La comisaria del proyecto, Covadonga Pitarch, resalta el trabajo y dedicación que han sido necesarios para reunir una muestra tan valiosa y de tales proporciones: «La iniciativa sigue la linea habitual del centro en cuanto a enseñar nuestras colecciones e investigar diferentes producciones del pintor».

La experiencia está dividida en cuatro grandes zonas representativas de diferentes lugares del país. El territorio pirenaico, Castilla, Valencia y Andalucía, respectivamente. Joaquín Sorolla visitó las montañas de Ansó, (Huesca) y de Roncal, (Navarra). De allí se fijó especialmente en el traje de ansotana. En este sector pueden verse una camisa, varias escarapelas, un sainguelo, basquiñas, churros, (un tipo de adorno para recoger y realzar el cabello) y distintos tipos de mantilla. Castilla fue, según dejó dicho, la zona que más le impactó, de aquí rescató el vestido típico de Lagartera, Alberca y de charra salmantina.sorolla 3

En lo referente a Valencia, ciudad a la que el creador se encuentra muy unido, guardó un traje de su hija, María Sorolla García, de 1906, complementado por pendientes y un broche del mismo año. El recorrido termina en el stand dedicado a Andalucía, donde se expone una bailaora flamenca y vestimenta de gala que perteneció a la cantaora Encarnación López, conocida como Argentinita, formada por un mantón de manila y una falda de tres volantes. Merece la pena ir y profundizar en las raíces de España y en las del propio Sorolla.

Cristina González Boyarizo

Periodista, redactora de la sección cultural en www.lasemana.es. Actualmente cursando Máster de Periodismo Cultural.

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