¿La poesía guarda alguna lógica? Seguramente todos responderíamos que no, sin embargo la luminosa exposición Diez situaciones poéticas, de Jorge Méndez Blake, quizá te invite a pensar en todos aquellos convencionalismos que asume la inspiración. Hasta el próximo 23 de abril en la Casa de México (C/ Alberto Aguilera, 20. Madrid) podremos observar la serie de cinco dípticos de neón que suponen una reflexión acerca de la figura del poeta, la poesía y sobre los clichés que asume el mundo de la lírica.
Una propuesta en la que las formas y los colores guardan relación con el texto y sugestionan al propio espectador haciendo que trate de buscar la lógica a través del juego que sugiere el creador azteca. Jorge Méndez Blake (1974, Guadalajara, México) conecta la literatura con el arte y la arquitectura para cuestionar si es real la imagen del poeta buscando la inspiración al borde de un acantilado, si lo arquitectónico puede ser poético o si aquello de que los autores viven malditos y entre las ruinas de su memoria y de su alma castigada es cierto.
Jorge Méndez Blake estudió arquitectura en Guadalajara y ha realizado residencias artísticas en España, Italia, Inglaterra y EEUU. Fue becario en España de la Fundación Marcelino Botín. En México, es miembro del Sistema Nacional de Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. Su obra ha sido expuesta en los principales espacios públicos mexicanos, como en el Museo de Arte Moderno, el Museo de Arte Carrillo Gil, el Museo Nacional de Arte, entre otros, así como en diversas galerías y espacios privados. Fuera de México su obra también tiene una acogida, estando presente en el Museo de Arte Latinoamericano de Los Angeles; la Maison Rouge, el Museo Mac/Val y el Instituto de México en Paris; el Stedelijk Museum Schiedam, Amsterdam, Holanda; la Zacheta National Gallery en Varsovia; LABoral Centro de Arte en Gijón, el TEA Espacio para las Artes en Tenerife y la Casa Encendida en Madrid, España; entre otros y además de en distintas galerías privadas.
En esta ocasión, Méndez Blake propone estos afiches con un argumento cargado de ambigüedad que el visitante ha de procurar descifrar, es ahí cuando empieza el juego.
