El Columpio Asesino sigue matando. Esta vez lo hace con Diamantes, disco que hoy sale a la venta en formato físico de la mano de Mushroom Pillow. El primer single, ‘Toro’, vino acompañado de ‘Pez en la ola’ y pudimos escucharlos en su MySpace con el resto del disco el día 15 de febrero. Nueve temas en total, mucho más limpios pero tan inquietantes como nos tienen acostumbrados, que basculan entre los espasmos rítmicos y las atmósferas analgésicas.
Apuestan muy fuerte con su single de presentación. ‘Toro’ sintetiza el concepto de este grupo de Pamplona: ritmos caleidoscópicos, instrument
os contundentes, bases electrónicas, letras crípticas, voces graves, oscuras y desgarradas con algún que otro grito que eleva el éxtasis musical y…¡sorpresa!: «Te voy a hacer bailar toda la noche. Nos vamos a Berlín, no quiero reproches. Carretera y speed, toda la noche…»; nos damos de bruces con un cambio de ritmo y de tono en medio de la canción que nos lleva a un terreno más pop, muy inusual en El Columpio Asesino, chocante para un grupo que cuenta en su discografía con álbumes tan canallas como De mi sangre a tus cuchillas. Desde luego que han conseguido el golpe de efecto necesario en un primer single.
Con una evidente mayor presencia en las voces de Cristina Martínez, la única componente femenina de la banda, este disco suena más dulcificado que De Mi Sangre a tus cuchillas pero más en la línea de La Gallina. Aunque esta afirmación es muy peligrosa teniendo en cuenta el registro siniestro que demuestra en ‘Toro’, muy diferente del cándido que presenta en ‘Cisne de cristal’ (una versión de ‘The Endless Plain Of Fortune’ de John Cale completamente sobrecogedora); recrean una atmósfera turbadora jugando con las intensidades de las guitarras y los platos de la batería mientras Cristina entona «un mueble bar, no me queda otro altar al que acudir, me hará reír y luego entristecer y otro amanecer…»
Pero no es la única versión del disco. Se atreven con sus vecinos, los vascos We Are Standard, y con ‘On the floor’, tema que han conseguido hacer suyo mezclando lo más electrónico y bailable de los WAS y lo más lóbrego y shoegazer de El Columpio Asesino, llevado de la voz de Álbaro Arizaleta. ¿Magia? No, genialidad que se acrecienta con los contrastes continuos del disco que sorpresivamente generan una unidad peculiar; una suerte de momentos que inventan ese complejo universo de El Columpio Asesino. Así, frente a esa ‘On the floor’ o a ‘Toro’, nos encontramos con ‘Corazón anguloso’ o ‘Diamantes’, mucho más sosegadas pero no por ello menos ansiosas, y es que siempre hay segundos en esos minutos de piezas musicales en el que aparece un punto de giro, un elemento vibrante que acaba conmoviendo.
‘Perlas’, ‘Diamantes’, ‘Corazón anguloso’, ‘Cisne de cristal’… parece que todo nos remite a dureza y brillo. Y es que justamente, es así cómo se podría definir este disco: brillante y duro. Una producción más limpia y cuidada que convive con la innata suciedad de las letras perturbadas y los sonidos desquiciados. El resultado: «siempre acabo a ti enganchada», como canta Cristina en ‘MGMT’, y es que una vez que te golpea El Columpio, no quieres hacer otra cosa que dejarte mecer por su sangriento vaivén.
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Fotografía: Peio Izkue (MySpace de El Columpio Asesino)
