Los alternativos del Romanticismo

Al recorrer las distintas salas de la exposición La Moda Romántica, es fácil visualizar el mecimiento pesado de los vestidos en el salón de baile o la pureza de las novias en el oratorio. La muestra, que se podrá ver hasta marzo de 2017, cuenta con 22 modelos originales que recrean el estilo del siglo XIX, algunos procedentes del Museo del Traje.

Tras la revolución francesa, la moda internacional tenía su epicentro en París, la burguesía era todo un referente en este ámbito y cliente de la alta costura. Pero en la década de 1830, con la proliferación de revistas especializadas, las tendencias de vestidos y trajes llegaron a Madrid. En las publicaciones se mostraban los mismos figurines que en París, Nueva York, Londres, Roma y Berlín.

Durante la época, existía un atuendo correspondiente a cada ocasión: ceremonias, paseos, visitas, teatros y bailes. Los trajes se encuentran estratégicamente colocados en las diferentes habitaciones del museo para que el público pueda asociarlos al momento que debían ser utilizados.

La silueta femenina: Cintura marcada y caderas anchas
Tanto la indumentaria masculina como la femenina exploró varias transformaciones. Sin embargo, esta última provocó un cambio en la silueta de las damas con ostentosos vestidos de caderas redondeadas y la cintura constreñida. Los corsés, que ocasionaron numerosos problemas de salud, y las crinolinas deformaban la figura femenina. Hacia 1860, el volumen de las faldas iría desinflándose en el frente y en los laterales, lo cual daría paso al polisón, predominante en la Época Victoriana de Inglaterra.

Cuando barres el aire con tus faldas amplias,
Produces el efecto de un hermoso navío haciéndose a la mar,
Desplegado el velamen, y que va rolando
Siguiendo un ritmo dulce, y perezoso, y lento.
(Las flores del mal (1857) – Charles Baudelaire)

Los alternativos del Romanticismo

Levita de Larra en el Romanticismo
Levita de Mariano José de Larra (1830)

Los artistas y literatos del siglo XIX no solo compartían valores culturales, sino también estéticos. Destacaban por su refinamiento al vestir, sus cuellos vueltos, sus sombreros de copa, por los chalecos de color y con estampados, pantalones negros, levitas o fracs (abiertos para que se apreciaran los chalecos). En la muestra puede apreciarse una levita que perteneció al escritor Mariano José de Larra, la cual fue donada por uno de sus descendientes directos.

A esta corriente, a la que pertenecieron escritores como Lord Byron, Charles Baudelaire y Oscar Wilde, se le denominó ‘dandismo’. Sus integrantes pretendían distinguirse del resto de individuos de la sociedad, vistiendo con elegancia pero diferenciándose del resto y adelantándose a los gustos de la mayoría.

 

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Una exposición cuidadosa y metódica de los avances de la moda en el siglo XIX. En la que, sin embargo, se echa en falta la exhibición de la tendencia de peinados y sombreros como el bonnet, la mención al maquillaje pálido casi transparente y el calzado.

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