La intro suena a piruletas, manzanas de caramelo, algodón de azúcar y un carrusel que da vueltas y más vueltas, con montones de niños que no paran de reír montados en los caballitos de madera lacada. Un instante después, cambia la música y entra en escena una pareja que discute a ritmo de pop a causa de la adicción de la mujer a los cigarrillos. La voz dulce y aniñada de ella contrasta con la de él, más grave y con una sonoridad vintage, en un juego melódico de gran belleza que se acompaña de unos sencillos toques de piano y guitarra. La canción se llama ‘The Cigarette Duet’, viene desde Nueva Zelanda y es el tema que Princess Chelsea ha elegido como carta de presentación de su gira por Europa.
Efectivamente, Princess Chelsea se encuentra de gira por Europa. Entre el mes de mayo y el mes de junio, la neozelandesa tenía previstas veinte citas con las que ya ha cumplido casi por completo. Como parte de la estrategia para darse a conocer en este continente que le queda tan lejos de casa, la productora de la cantante, Lil’ Chief Records, ha lanzado una edición especial en vinilo de la que sólo han salido a la venta 300 copias. El disco, que fue publicado el mes pasado bajo el nombre de The Cigarette Duet (European Tour Edition), está pensado como una edición de coleccionista por lo que cuenta únicamente con cuatro temas y no incluye material nuevo. Otro trabajo más que engrosa la reducida discografía de esta princesa del indie, la cual está formada por, además de este vinilo, cinco sencillos publicados entre 2009 y 2011 y un álbum, Lil’ Golden Book (mayo 2011) −un premio merecido después de años de trabajo y esfuerzo que recopila toda la producción de la artista.
Pero, ¿quién es en realidad Princess Chelsea? Un princesa de la música en público; en la intimidad de su casa, la cantante se quita su brillante diadema y sus zapatitos de cristal y se convierte en Chelsea Nikkel, una pianista y compositora de Auckland (Nueva Zelanda) que, con su aire sencillo de chica inocente y soñadora, se descubre como uno de los nuevos talentos del indie pop electrónico neozelandés.
Su carrera musical en solitario es novedosa pero ella es ya una toda veterana ya que, antes de lanzarse como solista en 2009, Chelsea formó parte del grupo musical The Brunettes. Pero la cantante necesitaba dar rienda suelta a su imaginación y su creatividad y por ello ideó la figura de Princess Chelsea, un proyecto que le permite jugar con sus canciones y probar a su gusto. Así, en todos sus temas se percibe una influencia muy marcada de los cuentos de Disney con los que creció desde pequeña. Fantasía, candidez, colorido, pureza, suavidad; la compositora mezcla melodías inocentes y tiernas con letras sencillas y satíricas y arreglos de tintes barrocos. El resultado, unas canciones de gran belleza que parecen cuentos de hadas relatados a través de notas en lugar de palabras.
