La década de los años 20 del siglo XXI está marcada por un regreso a la estética, televisión, moda o música de principios de los 2000. Podría definirse como vintage o la necesidad de regresar a aquellos momentos en los que la democracia y la apariencia de tranquilidad reinaban en España. Un sentimiento de nostalgia que ofreció el reencuentro de Cabano, la Yoli u Olimpia en la miniserie de Física o química, sentimientos encontrados con los pantalones de tiro bajo o las botas con mucha plataforma, pero, por encima de todo, predomina un sentimiento de felicidad al ver que Amaral volvía a triunfar en festivales, su música suena en las radios y esta misma noche estará Dolce Vita en todas las plataformas.
Eva Amaral y Juan Aguirre son un grupo zaragozano que, junto a otros grandes artistas como La Oreja de Van Gogh o El Canto del Loco, marcaron el pop-rock español y a una generación que necesita volver a escuchar a sus referentes juveniles. La noche del 5 de febrero se presentó este nuevo álbum con un ambiente especial marcado por aquellas emociones de felicidad y nostalgia. Las Naves del Matadero de Legazpi en Madrid acogieron entre sus gruesos muros la imponente voz de una mujer que no se rinde, que sigue adelante a pesar de sus demonios y que quiere demostrar que hay Amaral para rato.

Los autores de temas como El universo sobre mi o Sin ti no soy nada han publicado diversos temas de Dolce Vita, el noveno álbum del grupo, que llega tras cinco años de larga, trabajosa y necesaria espera. Juan Aguirre mencionaba que este es un disco por el que han «peleado mucho», a la par que se emocionaba al agradecer la paciencia del público y la prensa al tener que retrasar el lanzamiento del disco por problemas personales.
Seis canciones como carta de presentación
Libre es, valga la redundancia, una oda a la libertad, abre las puertas del disco, del corazón de los artistas y de una presentación marcada por los agradecimientos y el cariño de un público entregado. No lo entiendo y Rompehielos marcan el camino del amor propio, la melancolía y aunque «siempre hay gente que habla, que tienen tanto que contar» hay que serse fiel.
Ahí estás nace para poder dedicársela a quien se quiera, con amor y lealtad por bandera. Los demonios del fuego fue definida como el «orgullo» de Juan, una canción que surge como resultado de aprender, caer y levantarse. Y en Dolce Vita, que revolucionó a los eurofans la pasada noche en el Benidorm Fest, está la fuerza de voz y de voluntad de Eva Amaral, una mujer que ha seguido adelante, ha evolucionado y se ha convertido en su mejor versión. Un todo que convierte este nuevo álbum en el regreso perfecto para el grupo dosmilero por excelencia.