A contracorriente

Cartel de "La pesca de salmón en Yemen"

Cartel de "La pesca de salmón en Yemen"La pesca de salmón en Yemen es una resultona comedia británica dirigida por el experimentado Lasse Hallström, cargada de mensaje positivista: si crees en algo y luchas por ello con todas tus fuerzas por muy disparatado que parezca, lo conseguirás. La cinta ha sido descrita como una “feel-good movie”, es decir, una película que transmite bienestar. En ella, un funcionario británico con síndrome de Asperger interpretado por Ewan McGregor verá alterada su pausada y rutinaria vida cuando se ve presionado a participar en un proyecto disparatado: un jeque yemení quiere construir un río artificial para poder pescar salmones entre las dunas del desierto.

Esta historia tan original, basada en la primera novela de Paul Torday deja muy buenas sensaciones. Goza de unos toques fabuladores a los que contribuye de forma muy importante el personaje del caprichoso Jeque yemení, llevado a la vida por Amr Waked, estrella del cine egipcio.

Esta comedia desprende humor inglés por los cuatro costados. El personaje de Kristin Scott Thomas, la jefa de prensa del Primer Ministro, se destapa como el mejor representante del sarcasmo británico, aunque quizás su interpretación es demasiado exagerada, sobreactuada.

La adaptación de la novela corre por parte de Simon Beaufoy, nominado al Oscar por Slumdog Millionaire. Su trabajo merece una mención especial porque el libro es epistolar, es decir, se compone exclusivamente de emails, notas y cartas; no hay intercambios en primera o tercera persona. Es recomendable ver la película en versión original para poder apreciar los diversos acentos, desde el cerrado escocés de Ewan McGregor hasta el árabe del Jeque, pasando por el histriónico british de Kristin Scott Thomas.

Incluso en las cosas más lejanas e inesperadas puede encontrarse la felicidad. El director sueco Lasse Hallström ya tiene experiencia en filmes positivistas como Chocolat, con el que consiguió transmitir una actitud alentadora para con la existencia humana. El personaje de Waked da una pincelada de misticismo que termina de envolver la narración para darle un punto religioso característico del mundo musulmán.

Sin ser especialmente relevante ni destinada a pasar a la Historia del cine, La pesca de salmón en Yemenconsigue hacer sonreír al espectador durante dos horas con un discurso ficticio pero al mismo tiempo alentador, en el que cualquier meta puede ser alcanzada si se cree firmemente en ella.

 

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