La célebre película de James Cameron vuelve a los cines con motivo de su 25 aniversario. Además, un documental pretende resolver si era necesario el trágico final de Jack Dawson
El 8 de enero de 1998 se estrenó una de las películas más memorables del cine moderno. James Cameron presentó al mundo Titanic, una historia de amor a bordo del trasatlántico homónimo que se hundió en las profundidades del océano en 1912. La película fue todo un éxito: once estatuillas en los Óscar, taquilla excelente y un lugar en la memoria colectiva más de dos décadas después.
Con motivo del 25 aniversario de este largometraje, es posible acudir a las salas de cine para disfrutar de nuevo con el romance entre Jack Dawson (Leonardo DiCaprio) y Rose DeWitt Bukater (Kate Winslet). Desde el pasado 10 de febrero, esta obra célebre del séptimo arte se puede disfrutar en 3D y formatos especiales. Todo un planazo que llega a tiempo para San Valentín.
Todos recordamos a nuestros Romeo y Julieta modernos viviendo una relación amorosa soñada a bordo del Titanic. Sus estancias, los momentos más icónicos, la música… y también el trágico hundimiento. Tras muchas situaciones agónicas que los protagonistas tuvieron que sufrir, finalmente acabaron siendo víctimas del naufragio. Rose sobrevivió por apoyarse en una tabla de madera, pero Jack no tuvo la misma suerte. Desde entonces, todos hemos debatido alguna vez sobre si era o no posible que los dos se subieran en aquel retablo. National Geographic nos ha traído la respuesta con un documental.
Aprovechando la efeméride y el reestreno en cines, el 5 de febrero salió a la luz Titanic: 25 Years Later, disponible en Hulu. En él participó James Cameron, que se sumó al estudio científico ideado para determinar si era posible un final feliz. Para ello, se trataron de recrear todas las condiciones que observamos en el final de Titanic. Una réplica de la tabla, actores con edad y peso similares a los de DiCaprio y Winslet en 1998 y un laboratorio especializado en los efectos del frío en el ser humano… Todo con un objetivo: resolver el enigma sobre la muerte de Jack.
La ciencia responde
El equipo sumergió a los actores en una piscina para simular las condiciones -sin comprometer su salud- y así probar cuatro escenarios distintos. En el primero, la pareja se sube simultáneamente a la tabla. El problema es que el peso de los dos hunde la madera, por lo que el final habría sido la muerte de ambos.
En la segunda prueba, los protagonistas apoyan sus partes superiores en la tabla para dejar los órganos vitales fuera de las gélidas temperaturas del Atlántico. El inconveniente aquí, según Cameron, es que no se tiene en cuenta el cansancio de los enamorados tras todo el naufragio. En el tercer experimento, los dobles se sometieron a un ejercicio intenso, lo que pone en duda que aguantaran tanto tiempo hasta ser rescatados.
Aquí es cuando llegamos al cuarto escenario. En este, Rose le entrega el salvavidas a Jack una vez está subida y a salvo en la tabla. Así, habrían ganado tiempo para llegar ambos con vida al momento del rescate. Sin embargo, el director sostuvo que «hay muchas variables» y que nuestro enamorado jamás habría aceptado el chaleco: «Él no aceptaría nada que pudiera poner en peligro a ella».
En definitiva, la conclusión que sacamos tras el experimento científico es que el director reconoce que Jack podría haber salido con vida, pero el peso narrativo de la película habría sido distinto y, posiblemente, menos memorable. De hecho, Cameron lamentó no haber tomado una decisión más práctica durante el rodaje: «Sabiendo lo que sé ahora, habría hecho la tabla mucho más pequeña para que no hubiera ninguna duda».
