Las razones de Vetusta Morla

Concierto Vetusta Morla

Ya lo dicen por ahí: el tiempo siempre pone a cada uno en su lugar. A Vetusta Morla el tiempo les ha dado la razón de todas todas. Empezaron con su grupo adolescente de instituto en Tres Cantos, tocando en las jornadas culturales que organizaba un profesor plasta que confiaba en ellos. No sabían la que se les venía encima. Como otros tantos , diréis muchos, pero éstos tenían algo más.

 No son tiempos de crisis musical. Son tiempos de crisis de espacio para grupos creativos, originales, con propuestas nuevas. Las discográficas arriesgan poco, por no decir nada, con respecto a los destellos emergentes. Y las cosas llevan así años. Por eso este grupo madrileño decidió hacer un juan palomo, yo me lo guiso yo me lo como. Han grabado y producido ellos solos sus dos discos y sus maquetas. Han sido pesados hasta la extenuación tocando por salas de todo Madrid, hasta que se han hecho con un gran hueco en el panorama musical nacional y han ido llenando todos los recintos donde tocan. Ahora han conseguido algo increíble para cualquier banda de rock independiente: colgar el cartel de no hayConcierto Vetusta Morla entradas en cinco fechas casi seguidas en la mítica sala La Riviera de Madrid. Podrían haber cerrado una gran noche en el Palacio de los deportes, pero esto tiene mucho más sabor.

 

Ya oscuro, a eso de las 19:00, empezaba a intuirse cómo iba a ser la noche. La cola era infinita, cruzaba calles, llenaba aceras con caras ilusionadas de fans que fueron los últimos en conseguir sus entradas, pero que serían los primeros en vivir algo especial. Guillermo, David, Jorge, Álvaro, Juan Manuel y Pucho salieron con un chute de adrenalina al escenario. Un subidón que duró más de dos horas. “Esto es la polla” se le escapaba a Pucho al oído de Álvaro cuando terminaban los últimos acordes de Los días raros. Comenzaba la comunión con las 2500 personas que abarrotaban el recinto. No necesitan más que su repertorio y su presencia para hacer algo muy parecido a la magia. Fuerza energética con un bidón aporreado por Jorge, esencia de la garganta de Pucho, guiños a bandas madrileñas que también brillan con mucho trabajo propio con H.A.T.E.M. (Hola A Todo El Mundo) en el escenario cantando En el río. Ingredientes perfectos que dejan al público con la mandíbula desencajada.

 

Siempre me dijeron que, aunque la objetividad a la hora de hablar sobre cultura no existe, debía evitar escribir como una fan. Sí, lo soy, lo reconozco. Lo bueno es que si no lo fuera, después de lo que se vivió anoche con Vetusta Morla, me habría convertido a su religión. El tiempo también me ha dado a mí la razón, estoy salvada.

 

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