‘El holandés errante’: La maldición de navegar por los mares

El holandés errante con fantasmas
El Holandés Errante y lahija del marinero
Escena del encuentro de Senta y El holandés errante en el puerto

Un hombre invoca a Satanás. ¿Su castigo? Navegar eternamente por los mares, hasta que encuentre un amor fiel y le dé la salvación: la muerte. Cada siete años baja a tierra para buscar desesperadamente ese amor que le puede quitar la maldición. Es la premisa de la ópera de Wagner, el holandés errante, trasladada por la compañía La Furia dels Baus al Teatro Real y dirigida por Álex Ollé.

La obra cuenta con la dirección musical de Pablo Heras-Casado y Alfons Flores en la escenografía, la cual destaca de manera impresionantemente debido a su realismo del mar tormentoso y a los colores fríos y cálidos. El holandés errante está inspirada en un viaje que realizó Wagner huyendo de sus acreedores con su mujer, Minna, en una travesía entre Riga y Londres en 1839. El viaje consistía en surcar el mar del Norte entre amenazadoras tempestades y fue ahí cuando el compositor comenzó a idear una historia con barcos espectrales, rememorando la vieja leyenda del capitán fantasma condenado a vagar eternamente.

Wagner escribió el guion y el libreto apoyándose en la leyenda marina que hizo Heinrich Heine. Al final, surgió una ópera que habla de algunos temas recurrentes del alemán, como la lucha del mundo terrenal con el espiritual, el castigo de los dioses, la redención a través del amor, etc. Se explora también un universo sonoro como el oleaje, las tormentas y las melodías ancestrales. Toda esta historia ha sido trasladada al Teatro Real en donde destaca la puesta en escena del mar tempestuoso poblado de almas en pena.

Tripulación Holandés Errante
Aparición de la tripulación del holandés errante en el pueblo

Además, Ollé intenta hacer una crítica al capitalismo más ambicioso y sin escrúpulos, trasponiendo la acción al Golfo de Bengala, donde el navío es arrastrado al terrible puerto de Chittagong, en Bangladesh, un inmenso cementerio de barcos que son desguazados cada día y donde miles de personas se exponen a residuos tóxicos.

Las voces y los rostros de El holandés errante son dos reconocidos intérpretes wagnerianos: los barítonos Evgeny Nikitin y Samuel Youn (el holandés), los bajos Kwangchul Youn y Dimitry Ivashchenko (Daland, marinero que se cruza con el holandés), las sopranos Ingela Brimberg y Ricarda Merbeth (Senta, hija de Daland), los tenores Nikolai Schukoff y Benjamin Bruns (Erik, cazador y enamorado de Senta), las mezzosopranos Kai Rüütel y Pilar Vázquez (Mary, aya de Senta) y los tenores Roger Padullés y, nuevamente, Bruns (el timonel de Daland).

El holandés errante después de 3.500 kilos de acero, 9 toneladas de arena, 61 ensayos, más de 70 técnicos por función, 83 artistas sobre el escenario y 80 músicos, se podrá disfrutar en diez funciones hasta el 3 de enero de 2017. Una de las funciones será transmitida por Facebook Live a través de la página del Teatro Real, el 23 de diciembre, con emisión en diferido en el canal de tv Mezzo y France Televisión.

Así que ya sabéis, adentraos en las profundidades más fantasmagóricas para ser testigos del emocionante y aterrador destino de este hombre, de este alma en pena, que busca desesperadamente ese amor que le quite su agonía para descansar en paz.

 

Isabella Henao Páez

"Ningún gran artista ve las cosas como son en realidad; si lo hiciera, dejaría de ser artista"- Oscar Wilde

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