Ellos también pisan fuerte

Hombres en tacones / Fuente: images.china.cn
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Una mujer con tacones es sinónimo de sensualidad, estilo e incluso fetiche. Un buen stiletto posee esa capacidad mística de aderezar con gracia un look informal de vaquero y americana para ir al trabajo. Los organizadores del Festival de Cannes han llevado esta creencia al extremo: ayer algunas mujeres que se decidieron por la comodidad del plano no pudieron entrar al evento.

Las normas que las obligan a ellas a ir sobre 10 o 15 centímetros, y a ellos no, han suscitado cierta controversia. «Todos deberían llevar zapatos planos, para ser honesta. No deberíamos usar tacones. Es una decepción (la prohibición), sobre todo cuando uno piensa que hay una nueva ola de igualdad«, declaró la actriz Emily Blunt a The Guardian. ¿Qué sucedería si, en lugar de pasarnos al plano, fuésemos todos de tacón? ¿Y si además resultase que los verdaderos precursores de esa prenda eminentemente femenina fueron los hombres?

En el Medio Oriente, los jinetes utilizaban zapato de tacón. Lo que comenzó como un hábito útil se convirtió en moda, tiempo después, para los aristócratas de Europa Occidental, que lo absorbieron como símbolo de virilidad. Es en este momento cuando nacen los tacones altos: los nobles se dieron cuenta de que sus modelitos se estaban propagando entre las clases bajas, un insulto al que respondieron aumentando la longitud de sus tacones para dejar claro quién era quién.

Luis XVI / Fuente: lecturas2.galeon.com
Luis XVI / Fuente: lecturas2.galeon.com

Christian Louboutin no fue el primero en crear sus distintivos tacones de suela roja. Los diseñaron estos mismos aristócratas europeos, que empleaban siempre suela y tacón rojo para representar un tono marcial. Tanto es así, que Luis XVI planteó una ley según la cual sólo los miembros de su corte tenían permitido llevar este color en el calzado.

La transformación de ésta en una prenda para mujeres llegaría durante la década de 1630. Aunque pueda parecer que surgió como un símbolo de feminidad, sucedió todo lo contrario. Las chicas empezaron a fumar, llevar el pelo corto y vestir diseños varoniles, así que adoptaron el zapato alto para masculinizar, aún más, su apariencia.

A partir de este punto comienza un largo recorrido que abarcaría decenas de variantes y significados para la prenda. A finales de siglo XVII, se convirtió en unisex, pero ellos se fueron decantando, poco a poco, hacia un tacón robusto y estable, mientras que ellas le dieron un toque esbelto y fino. Con el estallido de la Ilustración, nació el movimiento de la Renuncia del Gran Macho, donde los hombres reivindicaron su inteligencia por encima de cualquier tipo de avalorio. Los tacones eran cosa de mujeres, unos seres emocionales y de poca educación que podían permitirse la frusilería de lucir algo tan poco práctico.

Hoy, este calzado sugiere belleza, elegancia y erotismo. Saber andar sobre varios centímetros es un arte que muchas mujeres -si bien no todas- desean dominar, desde las que tienen dos carreras y un doctorado hasta las que no han tenido la posibilidad de estudiar, desde las altas que quieren ser todavía más espectaculares hasta las bajitas que quieren estilizar su figura.

Cuatro siglos después del arrebato ilustrado de los varones, los hombres han vuelto al redil de la incomodidad en favor de la estética. Esta tendencia está aumentando entre la moda masculina. Yanis Marshall es un coreógrafo francés que se dio a conocer en redes sociales por ser uno de los pocos de su género que da clases de danza ataviado de ese modo. Entre faldas, cremas y correctores, tal vez el día en el que los chicos dejen atrás los prejuicios y vistan de todo esté más cerca de lo que parece.

 

Amanda Briones

Periodista. Amante del Rey Lagarto, los zapatos de tacón, el chocolate y el helado.

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