LO BUENO, SI FÁCIL, DOS VECES BUENO

Portada del disco

Les ha costado mucho, mucho conseguir llegar hasta aquí, hasta su tercer disco de estudio y el cuarto desde la reedición que en 2009 hicieron de El secreto de las tortugas (Es un secreto… no se lo digas a nadie), con tres temas inéditos y nuevas versiones. Muchos kilómetros atrás, conciertos con más o menos éxito e ilusiones a veces trucadas, vuelven para contarnos que las dificultades son relativas y dependen de la actitud vital con la que las encaremos.

Nerea llaman ellos a la música desde que empezaron. «La mía» en vasco, es la suya, su niña mimada, su dedicación y su devoción. Y sin embargo, la maldicen en su propio nombre por lo complicado que es vivir de ella. Ahora, pareLos chicos de Maldita Nereace que se arrepintieran y quisieran resarcirse de haber elegido como bandera renegar de la pasión que hace casi diez años les empujara a emplear todos sus esfuerzos para conseguir un sueño. Quieren rodearse de optimismo y gritar que las cosas pueden ser fáciles. Es lo que se desprende de las diez canciones que conforman lo nuevo de Maldita Nerea, el pop fresco de seis murcianos con muchas, muchas ganas de continuar haciendo música. Y de continuar siendo fieles a su estilo con lo que parece ser aquello que venía después tras el punto y seguido con el que terminaban su anterior álbum. Aunque esta vez cantan más al desamor y a las rupturas (eso sí, siempre desde un carácter positivo que se ha convertido ya en su seña de identidad), no olvidan a uno de sus mayores éxitos: ‘El secreto de las tortugas’, al que le hacen un claro homenaje con una secuela, ‘Inventario’. Mantienen también su ritmo, esos giros tan personales y voces a medias que dan a cada canción un nuevo motivo para vencer todo aquello que nos impide continuar adelante.

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El single, ‘Fácil‘, resume bien el espíritu comprometido y renovador de una música hecha por y para dejarse llevar. Fácil como la realidad infantil, como el pensamiento de los niños, que vuelven a presentar y a despedir casi todas las canciones. Fácil como los acordes de unas letras que, acompañadas practicamente por los mismos acordes, han funcionado hasta ahora. Y para qué cambiar, muchos temas repiten inicios, forma… pero son efectivos. Consiguen que nos olvidemos de las malas vibraciones y, al menos durante diez canciones, todo parezca un poco menos complicado.

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