Todo el mundo entiende a Lisa Simpson

Laura Casielles

Escribe poemas, ganó una olimpiada de matemáticas y toca el saxofón, pero ni se llama Lisa Simpson ni cree demasiado en «ese mito del intelectual incomprendido». Laura Casielles (Pola de Siero, 1986), premio nacional de Poesía Joven Miguel Hernández 2011, cree que «sería una enorme paradoja sentirse sola en una ocupación -la poesía- que tiene su centro en el hablar, en el compartir».

Y de eso, de Los idiomas comunes, va el poemario con el que ha logrado el galardón, de «ese punto compartido a partir del cual podemos empezar a construir el mundo, otro mundo, nuestro mundo».

Casielles publicó su primer libro, Soldado que huye, en su Asturias natal, en la editorial universitaria Hesperya, una experiencia «muy buena» que le permitió «una entrada amable en el mundo de la poesía» a la que le siguió Los idiomas comunes, en Hiperión, una empresa más grande que «dio ocasión al libro de llegar a más lectores y tener un recorrido más amplio». La escritora espera que este reconocimiento ayude al libro «a seguir encontrando lectores, quizá algunos a los que no habría llegado de otro modo».

¿Y de qué se habla cuando se habla en idiomas comunes? «¿De qué podría una hablar en sus poemas si no es de las mismas cosas de las que habla cada día con los amigos y compañeros?». Hay cosas, dice la poetisa, «sobre las que nadie se libra de reflexionar». «El lenguaje, el amor, las raíces, la Historia…» O, por ejemplo, esas dos fatídicas palabras: la crisis. ¿O las crisis?

«Algunas vivencias pueden hacer que nos replanteemos las cosas que nos parecían más evidentes, las que creíamos que nos sostenían». A ella le tocó en Marruecos, un país en el que pasó dos años y donde sintió, por primera vez, «la noción de ser extranjera en su propio cuerpo». Y se lo agradece.

«Entrar en contacto con modos distintos de pensar, hacer y vivir hace que los nuestros se tambaleen, se pongan en cuestión», reconoce, pero genera regalos tan valiosos como, por ejemplo, una nueva forma de vivir el tiempo, que la autora se trajo del país magrebí, tras un proceso que al principio «puso a prueba» su paciencia pero después se volvió «sanísimo y enriquecedor».

Laura Casielles

A la hora de pensar dos orillas, leyó una vez Casielles, «se puede entender que el cauce las separa… o que las une». Eso, continúa, «es un poco lo que ocurre al interpretar» las diferencias, por ejemplo, a ambos lados del Estrecho de Gibraltar: «podemos centrarnos en pensar que abren un abismo entre nosotros, o preferir considerar que nos enlazan en una conversación. Desde luego, yo prefiero la segunda perspectiva».

Laura Casielles es así: aunque confiese que, a veces, más que a la pequeña de los Simpson acabe pareciéndose «un poco a Mafalda, todo el día mirando la bola del mundo y pensando si bajarse o qué», tiene siempre presente que lo mejor del camino es saber «que siempre es posible el encuentro». Por eso, recuerda, «todos entendemos muy bien a Lisa».

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