Un lustro ha corrido desde que el viejo maestro de las viejas historias de Castilla durmiese sus ojos de «mirada lánguida y un poco tristona» para siempre. ¿Para siempre? Aunque Miguel Delibes entró en la literatura fortuitamente, sin haberse cocinado antes unos horizontes literarios,
Aunque él se supo hombre de soledades, solterón, incompatible para convivir con una mujer, Destino publica La vida lenta, unas anotaciones personales de Josep Pla, escritas a modo de dietario entre 1956, 1957 y 1964, y en las que se refleja la personalidad