Allí, alejada de todo signo de civilización, la oscuridad de la noche es iluminada por un viejo motel de carretera de la I-95. Unas letras fucsias de neón descompasadas expiran sus últimos suspiros. J, O, U, R, N, A, L. A pesar
Un hombre pequeño y rapado, con las piernas atrofiadas de un “jockey retirado” y unos corpulentos brazos tatuados cubiertos por un uniforme de presidiario. Pasa sus últimos días confinado en una celda de dos por tres, con una bombilla siempre encendida que