El baile flamenco que abre Sólala muestra al espectador que Cristina Medina no se guarda nada a la hora de subirse al escenario. Este torbellino procedente de Sevilla arrasa en el Teatro Infanta Isabel desde que, ataviada a modo de boxeador, se marca un taconeo entre magistral y ridículo pero con una gracia natural difícilmente igualable. La actriz, famosa por su papel en La que se avecina (la cansina serie de Telecinco), posteriormente hace gala de una versatilidad envidiable con monólogos, homenajes al cine mudo y variedades sobre una línea argumental muy melodramática.
Una mujer en la indigencia, con quintillizos y el marido en la guerra, tendrá que ingeniárselas para alimentar a sus retoños y para pagar al casero. Este argumento, cuya importancia en la obra es relativa, sirve para desplegar toda la maquinaria humorística de la compañía Pez en Raya, responsable de espectáculos como Pésame Mucho (2002) o la reciente Llorar por llorar (2012) y que con Sólala logró el Premio al Mejor Espectáculo en el XII Festival Internacional de Humor de Madrid en 2005.
Por tanto, son muchos ya los años en los que Cristina Mediana ha ido puliendo su particular tour de force hasta conseguir una gran complicidad con el público y momentos absolutamente hilarantes como la escena de sexo. En esta ocasión la actriz cuenta además con el impagable acompañamiento de Mariano Marín al piano. La guinda para un espectáculo que, como mínimo, te hace olvidar durante un buen rato las preocupaciones cotidianas.
Que hoy en día no es poca cosa.
