SMALLVILLE: DE GRANJERO A SUPERHÉROE

Clark Kent

Adiós, Smallville, hola, Superman. Diez años después, Clark Kent abandona el pueblo que le vio crecer para erigirse por encima de los rascacielos de Metrópolis y convertirse en el héroe que siempre estuvo destinado a ser. La longeva serie de WB Television Network concluyó su reinado el 13 de mayo con un capítulo doble, cerrando su décima y última temporada con un total de 218 episodios. Clark Kent se ha hecho mayor, amiguitos.

Mi generación creció a la sombra de las películas de Superman. Las cuatro formaban parte de la cultura popular, todo el mundo conocía la historia del niño llegado de Krypton, sus orígenes y su futuro. Por eso, cuando Smallville llegó a nuestras pantallas hace ya nada menos que diez años, el público estaba dividido. ¿Nos contarán algo nuevo? ¿Se tomarán muchas licencias? ¿Superman en el instituto? ¿Quiero ser testigo de la adolescencia de un superhéroe al que tengo mitificado? Sin embargo, el éxito no se hizo esperar, convirtiéndose en un producto consolidado y en la serie estrella del canal estadounidense.

Última temporada de SmallvilleAhora ha llegado el momento de sentarse a reflexionar para hacer balance. En estos diez años Smallville nos ha dejado cosas muy buenas y cosas muy malas, momentos espectaculares y otros de un sopor inaguantable. Genialidad mezclada con cutrez que daba como resultado una serie un tanto irregular, pero muy respetable. Y así fue su último capítulo, que se despidió brillando y pifiándola casi a partes iguales, aunque es tan épico que resulta casi imposible verlo sin emocionarse. Tan, pero tan épico que entre escenas de apasionados besos apocalípticos, dudas filosóficas, resurrecciones de mitos y apariciones estelares, que uno casi se olvida de que se han ventilado la serie sin una batalla heroica y que Clark le da boleto al malo malísimo de turno como el que va a comprar el pan.

Y por fin llega el momento que todo corazoncito friki estaba esperando, cuando los padres de Kal-El le hacen entrega —en espíritu, no en cuerpo— del famoso traje azul, rojo y amarillo que le convertirían en el superhéroe que es. Tan, pero tan emocionados que estábamos que casi no nos damos cuenta de que no hay ni un plano decente de Clark con el traje. Cualquiera hubiera pensado que tanto marear la perdiz (en esta temporada, hasta niveles exasperantes) con lo que significa ser un héroe de verdad, sus implicaciones morales y sus diatribas emocionales, hubieran merecido ver a Superman en todo su esplendor. Casi, pero no.

Por fin, Superman

Sin embargo, todo se olvida cuando en los minutos finales empiezan a sonar los acordes de ‘Superman Theme’, del mítico y maravilloso John Williams, la canción que todos tarareamos de niños mientras alzábamos un puño al aire imaginando que volábamos. Entonces Clark Kent se abre la camisa, se quita su disfraz de humano y todos nos echamos a llorar. Este es Superman, amiguitos.

Superman

Smallville se ha despedido con un homenaje a sí mismo, haciendo un show clip resultón y baratito, repasando los grandes momentos de la serie. Un capítulo que se ha visto el 63% más de lo habitual, seguramente porque todo el que compartió en algún momento el camino del Clark Kent adolescente quiso regresar para despedirse como un superhéroe se merece. Y, licencias aparte, la serie acaba como todos conocimos la historia: Clark es un pardillo, Lois es una estresada de la vida, Perry White se desgasta la garganta a base de gritos en el Daily Planet, Jimmy Olsen ya es fotógrafo del periódico y Lex Luthor se ha convertido en un villano (y político, encima) que ha olvidado que un día fue el mejor amigo de Superman.

Lois y ClarkLex y Clark

Han sido diez años, pero todo tiene su fin. Hasta la serie de ficción más longeva de la pequeña pantalla. Smallville no volverá la temporada que viene, pero los superhéroes sí. Están ahí, en cualquier parte. Sólo tienes que creer en ellos.

 

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