Después de más de diez años detrás de la música, por fin se reconoce el trabajo de la compositora estadounidense
Muchos consideran que el Grammy a mejor nuevo artista puede debilitar las posibilidades de ese cantante en un futuro. Se supone que la maldición del galardón provocará que la carrera del artista no perdure mucho tiempo. Sin embargo, en los últimos años esta conspiración se ha ido desintegrando, con ganadoras que han superado las expectativas como Billie Eilish o Dua Lipa. Este año, la ganadora tiene todas las papeletas a su favor para triunfar también: Victoria Monet (Atlanta, EE.UU., 1989).
Aunque no solo se fue con este gramófono –también ganó Mejor Ingeniería en Álbum (No Clásico) y Mejor Álbum r&b– la cantante estadounidense por fin ha abierto de par en par las puertas al triunfo en la industria musical. Sin embargo, no es realmente una “nueva artista”. Desde pequeña, Monét ha trabajado para buscarse un lugar en la música, ya sea bailando, componiendo o cantando.
Nació en Atlanta, pero se mudó a San Francisco cuando era muy pequeña. Al vivir su infancia en una ciudad con una cultura tan rica, no es de sorprender que se involucrase en la música por distintas vías. Primero fue el baile, la pasión que le permitió encontrar su destreza como intérprete. Pero fuera de los ensayos, Monét comenzó a escribir su propia música y, poco a poco, a conocer su lado más lírico.
Detrás de la canción
Sus composiciones llegaron a artistas de renombre y, en 2010, escribió junto al célebre rapero Diddy la canción que le permitiría comenzar su carrera en la música: I Hate That You Love Me. Poco después, conoció a Ariana Grande, que en 2013 aún estaba encontrando su lugar en la música. Con ella escribió temas que llegaron al número uno, como 7 Rings, Thank You Next e Into You. Su colaboración con Grande hizo que otros artistas como Kendrick Lamar, Drake, Kanye West, Selena Gómez o Blackpink descubriesen el talento de Monét y pasasen a incluir sus composiciones en sus temas.
Durante este tiempo, Monét intentó forjar su propia identidad como artista y comenzó a sacar música bajo el sello Atlantic Records, pero nunca cuajó. Sus EPs Nightmares & Lullabays I y II, más sus discos Life After Love Pt.1 y Pt.2 quedaron en la oscuridad, sin generar mucho ruido en la escena R&B.
En el discurso que Monét dió al recibir el Grammy el pasado domingo 8 de enero, agradece a su mánager Rachelle: “Creé una carpeta con mi visión musical y artística para el sello discográfico en el que estaba. Pero la carpeta se quedó muchos años en una oficina cogiendo polvo, hasta que Rachelle lo descubrió y decidió darme una oportunidad”. Después de quince años trabajando en la sombra, en 2020 Victoria Monét lanza su álbum Jaguar, que comenzó una nueva etapa para la artista.
Y… se hizo la luz
Ese disco ya asentó los pilares del estilo de Victoria Monét: la sensualidad R&B y lo retro. Los temas Jaguar y We Might Even Be Falling In Love (Interlude) comenzaron a llamar la atención en redes sociales, y Monét pudo realizar una gira por diferentes ciudades de Estados Unidos para presentar el álbum. Pero su sonoridad, que es a la vez clásica y contemporánea, se desarrolla por completo en su debut con el sello RCA Records, Jaguar II (2023).
Este último álbum ofrece una nueva perspectiva del R&B en la actualidad. Cuenta con colaboraciones de Earth, Wind & Fire, Buju Banton y Lucky Daye para dar color a esos ritmos clásicos de R&B con melodías pegadizas y vientos metales brillantes. La combinación de todos estos elementos y su voz suave pero determinada hace que el oyente sienta que viaja en el tiempo a esa música groovy. En una entrevista con Rolling Stone, Monét explica el porqué de su sonido orgánico: “Cuando pienso en mis influencias, intento llegar a las raíces de ellas. De ahí viene la influencia de los 70’s, pero también quiero hacer música que le guste a mi hija y la aprecie”.
Este es el disco que le aseguró siete nominaciones a los Grammy, de los cuales ganó tres. Esa noche, Victoria Monét se hizo con el cariño de un público que no la conocía en profundidad, pero que en un futuro lo hará. Su determinación, trabajo y esperanza hizo que sus sueños se cumpliesen. Ahora está en nuestras manos devolverle toda esa fuerza en forma de apoyo. Y es que, ya en 2013, Monét trabajaba con ilusión para llegar a ese Grammy.