Por Blanca Rodríguez y Claudia Martos
La mujer del rey del rock y un icono para el mundo, pero, detrás del maquillaje y de los focos, ¿quién fue realmente Priscilla Beaulieu?
«¿A quién no le gusta Elvis Presley?», pregunta una joven de solo 14 años, una adolescente cuyo primer amor daría para escribir decenas de canciones. Es hora de volver a vivir la historia, esta vez, a través de Priscilla. La nueva y esperada película de Sofia Coppola nos ofrece una mirada delicada, ingenua y honesta, a través del azul de la niña de los ojos de Elvis. Este biopic encarna un sensible estudio de las luces y de las sombras de una de las relaciones más mediáticas del mundo del espectáculo. Su escenario incluye la propia Graceland, sus cortinas como el telón del teatro, y los personajes tras ellas, al son del eterno protagonista.
Protagonizada por una quebradiza Cailee Spaeny y un inalcanzable Jacob Elordi, se estrena en cines el 14 de febrero, día de San Valentín. La cinta está contada a través de gestos y miradas cargadas de significado, donde el vestuario y los colores hablan de los contrastes y del desequilibrio de una historia de amor, en la que todos están en su sitio. O al menos, algunos.
Can’t Help Falling in Love
Dos jóvenes en Alemania. Elvis, uno de los cantantes más adorados de la época, ahora soldado, y Priscilla, una estudiante de 14 años, corriente. Se conocen en una fiesta, y aun con 10 años de diferencia, él ve en esa adolescente, lo que más anhela, su hogar. Con un beso, sella en la joven de Texas un amor idílico que daría luz a una aburrida estancia en la Alemana Occidental, pero que apagaría en ella una vida anterior a él. Después de muchas noches sin dormir, por sus rutinas tan diferentes, una llamada ahora Cilla le dice a sus padres preocupados «él me necesita».
Elvis regresa a casa, cuelga su uniforme de soldado y se vuelve a vestir del rey del rock, y Priscilla teme que se haya olvidado de ella. Un día tras el teléfono suena «¿cómo está mi pequeña?». A través de una tierna ingenuidad, Cailee Spaeny interpreta a una niña cegada por la leyenda y adicta a un amor claramente desequilibrado, tanto en términos de edad como en el ámbito emocional.
Después de un par de años de nostalgia, se cumple el sueño de Priscilla. «Señor, yo me encargaré de ella», le dice Elvis al padre de la adolescente de ahora 17 años. De camino a su nueva casa – Graceland – Cilla está dispuesta a todo para estar al lado del cantante, cada vez más ocupado en su carrera como actor. Pero, ¿a qué precio?
«Los hombres sabios dicen
Solo los tontos se precipitan
Pero no puedo evitar enamorarme de ti
¿Me quedo? Sería un pecado
¿Y si no puedo evitar enamorarme de ti?
Como un río fluye
Seguramente al mar
Cariño, así es
Algunas cosas están destinados a ser
Toma mi mano
Toma mi vida entera también
Porque no puedo evitar enamorarme de ti»
Suspicious Minds
Lejos quedó la adolescente de cabello pelirrojo. «Pelo negro y más maquillaje», Elvis se toma la libertad de crear una nueva Priscilla a partir de sus ideales. De repente, sin elección, se transforma en el icono que formará parte del imaginario colectivo, pero que nunca será realmente ella. Tras las grandiosas ventanas de Graceland se esconde, siempre esperando, nunca viviendo. Los viajes y el éxito de su pronto marido contrastan con sus días interminables pegada al teléfono. «Quédate en casa, Cilla. Mantén viva la llama», repite él.
Rápidamente, aparecerán las dudas e inseguridades. Sofia Coppola hace un magnífico trabajo mostrándonos planos silenciosos de Priscilla, los ojos de la actriz son los únicos que hablan. Soledad y celos, las dos palabras que mejor definen el matrimonio Presley. En esta cinta no se idealiza el amor de Elvis, no se representa una conexión irrompible, sino el deseo de tener una mujer a la que volver siempre, una a la que llamar hogar.
«¿Seguiré viendo sospechas en tus ojos?
Aquí vamos otra vez
Preguntando dónde he estado
No podemos construir nuestros sueños
On suspicious minds
Deja que nuestro amor sobreviva
Seca las lágrimas de tus ojos
No dejemos que algo bueno muera
Estamos atrapados en una trampa
No puedo salir
Porque te quiero demasiado
¿Por qué no puedes ver
Qué me estás haciendo?
Cuando no crees una palabra de lo que digo»
If I Can Dream
Tras el nacimiento de su hija Lisa Marie, las prioridades de Priscilla cambian. La directora se centra en seguir el paso de una más madura Cilla que comienza a tener su propia vida y a encontrar su camino y personalidad. Mientras, la figura de Elvis se va apagando en la habitación de hotel de Las Vegas.
A través del vestuario es posible entender la historia, de una niña inocente a un personaje impostado, acabando con la mujer que toma conciencia de sí misma. Con el pelo corto y mucho más claro, vestida con estampados y muy poco maquillaje la protagonista pronuncia: «Me voy de este matrimonio» ante un deteriorado Presley, «si no lo hago ahora no lo haré nunca». Sofia Coppola nos deja con la nueva Priscilla, la que no ha sido creada por Elvis, la que tiene una vida para vivirla y la sensación de que, a veces, el amor no es suficiente.
«Igual en otra vida, Cilla.»
«Debe haber luces brillando mucho más en algún sitio
Aves que vuelen más alto en un cielo más azul
Si puedo soñar con un lugar mejor
Dime, ¿por qué mi sueño no se puede hacer realidad?
Debe haber paz alguna vez
Con el viento, las promesas se llevarán el dolor
If I can dream con un sol más caliente
Con el que brille la esperanza
Dime, ¿por qué ese sol no puede aparecer?
Estamos perdidos en una nube
Con lluvia sin fin
Atrapados en un mundo lleno de dolor
Pero mientras el hombre tenga el poder de soñar
Podrá volar
Si puedo soñar, haz mi sueño real»
Elvis a través de su música contó su historia, ahora, a partir de una estética intimista, Sofia Coppola nos relata la cara B del vinilo del matrimonio más sonado del rock.
Este San Valentín disfruta desde tu butaca de una nueva mirada al primer amor.
