‘Pretty Woman, el musical’: romance, ritmo y glamour en la Gran Vía madrileña

Musical "Pretty Woman"
Musical "Pretty Woman"

La comedia romántica más famosa de Hollywood sale de la pantalla para colarse en el Teatro EDP Gran Vía hasta abril de 2024

Todo el mundo conoce la entrañable y única historia de amor entre Vivian y Edward, los protagonistas de Pretty Woman. Esa historia de amor donde la vida cruza los caminos de dos personas aparentemente opuestas para cambiarles para siempre, romper sus esquemas, aprender de ambos y mejorar sus vidas, demostrando que el amor está por encima de todo. Una película estrenada hace más de 30 años, pero por la que parece que no pasa el tiempo, pues cada vez que la ponen en la parrilla de la TV (que suele ser con bastante frecuencia) sigue siendo un “taquillazo”. Por tanto, era cuestión de tiempo que este éxito no se quedará solo en el formato audiovisual y que se trasladara, como tantas otras producciones ya han hecho, al teatro musical. En 2018, la adaptación teatral que hoy podemos ver en Madrid, se estrenaba en Broadway batiendo récord de espectadores y, posteriormente, pasaría por ciudades tan importantes como Chicago, Londres, Milán o Barcelona.

El humor y la música como protagonistas

Ver este musical es revivir la película de principio a fin, pues nada más sentarte en la butaca ya te sientes como si estuvieras en el mismísimo Rodeo drive, el bulevar de Hollywood donde arranca el encuentro entre la prostituta Vivian Ward y el millonario Edward Lewis. Y es que, aunque los decorados, el vestuario o muchas escenas son muy fieles a la cinta de Gary Marshall, sí que hay algunas diferencias que, lo hacen aún mejor a la historia original.

Para empezar, la música es uno de los platos fuertes de esta nueva versión de Pretty Woman. Aquí, apenas hay diálogo, ya que la historia es contada a través de canciones que han sido creadas en exclusiva para el musical por la estrella del rock Bryan Adams y su compositor de cabecera, Jim Vallance. La única que se ha rescatado del film, es la conocida Oh, Pretty Woman, de Roy Orbison, pero habrá que esperar al final para cantarla y darlo todo.

Además, durante las más de 2 horas de función nos encontramos a unos personajes mucho más divertidos y profundos, que van más allá de la mera historia de amor, y que, a través de su interpretación, tratan temas que reflejan perfectamente las sensibilidades de hoy, como la aceptación de las personas de una clase y una cultura diferente, la creencia de que los sueños pueden ser alcanzados si ponemos empeño en ello, la amistad, los negocios o la dignidad de las personas por encima del dinero. Eso sí, todo se cuenta con mucho humor, provocando carcajadas frecuentes entre el público. Esto se debe en gran medida a la impecable interpretación de ciertos personajes secundarios, que en el musical cobran mucho protagonismo. Uno de ellos es el Happy Man (Rubén Yuste), una especie de narrador que nos va introduciendo en las escenas y contándonos las peripecias que ocurren de una manera diferente y muy amena. También, hay que destacar la interpretación del botones del hotel de Beverly Hill (Natán Sesgado) que en su papel de torpe y tartamudo con un toque clown, es uno de los más queridos y aclamado por el público. Pero la mejor actuación es la de Erika Bleda, que en las tablas hace de Kit de Luca, la fiel amiga y consejera de Vivian, que no solo se ha metido de lleno en el personaje con cada gesto, sino que tiene un chorro de voz que la convierte en una de las mejores del elenco.

Y por supuesto, no podemos olvidar a los protagonistas de la historia. Es un hecho que lo primero que se nos viene a la cabeza cuando oímos ‘Pretty Woman’ es la imagen de Julia Roberts y Richard Gere, pero, lo cierto es que en este musical les han salido unos fidedignos sustitutos que han sabido captar la esencia de ambos a la perfección. Y es que, Cristina Llorente y Roger Berruezo (que ya compartieron cartel protagonista en Ghost) en sus respectivos papeles como Vivian y Edward, no solo cantan como los ángeles y se parecen mucho físicamente a los actores originales, sino que derrochan química por el escenario, robando la atención y el corazón de los espectadores cada vez que aparecen en escena. 

Eso sí, también hay que destacar las escenas de la transformación de Vivian, ayudada por el personal del hotel; la famosa escena de la ópera, que en este musical se potencia con la presencia lírica del aria del brindis de La Traviatta en directo; y, por supuesto, la del final, donde Edward cambia su limusina por un carrito del supermercado para ir en busca de su amor.

Escena transformación Vivian
Escena transformación Vivian
Escena mítica del regalo del collar
Escena mítica del regalo del collar

Sin duda, es un espectáculo muy bien hecho, que reúne todos los ingredientes de los musicales de Broadway. Mantiene el ritmo, y la calidad de las voces y bailes es excelente. No cabe duda de que la película fue un fenómeno social en su momento, y ahora podemos revivirlo con este musical lleno de nostalgia, pero que nos hará disfrutar y reír sin parar.

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