Modern Vampires of the City es definido por Ezra Koenig, cantante y guitarrista de Vampire Weekend, como «el último de una trilogía» que se inició con Vampire Weekend, álbum homónimo y debut de la banda, y que continúo con Contra, para finalizar, el próximo 14 de mayo, con este nuevo disco «más oscuro y orgánico» y punto de partida de una nueva etapa.
El resultado es llamativo, música indie que te recuerda a la BSO de cualquier película universitaria americana. Temas en consonancia con el `loro´ del Jeep Wrangler del quarterback, que no sigue los cánones, de la Universidad de Columbia. En definitiva, doce pistas dirigidas a engordar las listas de Spotify de los ultramodernos.
Como carta de presentación Diane Young, canción con rollito y aspiraciones de himno festivalero, y Step, más tranquila y sosegada. Dos idas de pinza que demuestran su esencia: no dejar nunca de innovar jugueteando con las letras y los efectos vocales. Polos opuestos en perfecta simbiosis. Para muestra un botón. Bueno dos.
Y así, echando la vista atrás, el tópico de `soplo de aire fresco´ se ha confirmado con el paso del tiempo. Condenados a gustarle a casi todo tipo de públicos, lo único seguro de este nuevo trabajo es su absoluto éxito, puesto que el futuro, como afirma Koenig, es incierto.