La plástica que no cesa

María Noël (Buenos Aires, 1965) carece de aditivos. Sus collages rezuman versatilidad, la misma que posee la autora para entremezclar referentes literarios, musicales o étnicos en sus obras. Sobre el lienzo, los elementos trascienden al hecho material para alcanzar otra forma de Ser. Presente en colecciones privadas de todos los continentes, en su obra se descubre una sensibilidad única.  

La infancia y juventud de Noël estuvo plagada de escritores y artistas que acudían a su casa para reunirse con su padre, un célebre intelectual argentino. Así, su formación en Bellas Artes, Filosofía y Letras,  vino aparejada con un enriquecedor talante gráfico que se remoza con una característica afinidad con todo lo que refleja el paso del tiempo.

Las semillas, la piedra el polvo y otros materiales orgánicos adquieren una función principal en la estética y armonía de su trabajo. Si su estancia en Italia o en El Cairo y su estudio de la filosofía oriental toman forma en su obra, la presencia de su tierra natal se palpa en todos los aspectos. La técnica artesanal que la caracteriza recuerda al tratamiento de la alfarería y el tejido propio de las culturas de la argentina septentrional.

Misivas de su progenitor, páginas de la revista Sur, las voces de Neruda, Borges o San Juan concurren en sus lienzos destinados a crear nuevos significados ante una realidad demasiado cuadriculada. “Mi única certeza es lo que cabe en mi mano: un puñado de piedra en polvo para acallar al rojo, y nada más” afirma la artista. En su búsqueda de respuestas, promueve el Sur con una Latinoamérica situada al Norte o utiliza una foto de los impresionistas para ensalzar la naturaleza del arte. Y desarma. Cómo desarma su línea recta, la precisión de su vacío.

Deja una respuesta

Your email address will not be published.