La experiencia Puertalsol: Año Nuevo cada noche

Vista del Restaurante Terraza Puertalsol
Vista del Restaurante Terraza Puertalsol

Los famosos chefs Alberto Chicote y Pedro Olmedo brindan a sus clientes una vivencia única e inolvidable en pleno corazón de Madrid

Nochevieja es sin duda uno de los momentos más mágicos y entrañables de todo el año. La emoción, expectación y frenesí que producen en nosotros las 12 campanadas no se pueden comparar con nada. Nuestro corazón se llena de ilusión, y en ese momento nos sentimos genuinamente felices. Y a muchos nos gustaría no tener que esperar cada vez otros 365 días para disfrutar de la noche más especial del año. Un deseo que parece imposible… Pero existe un lugar en pleno corazón de Madrid donde ese sueño se hace realidad: En la quinta planta de El Corte Inglés de la Puerta del Sol, número 10, se encuentra una de las terrazas más espectaculares de la ciudad. Se trata del Restaurante Terraza Puertalsol, que regenta el famoso chef Alberto Chicote, y del que también es co-partner el chef Pedro Olmedo.

La experiencia Puertalsol

Nos adentramos en el edificio, tomamos el ascensor a la quinta planta, y nos introducimos en la parte interior del restaurante, ya de por sí de lo más acogedora y agradable, pero es al cruzar las puertas de la terraza cuando la magia comienza.

Una bocanada de aire fresco nos da de lleno en la cara y, de repente, nos encontramos literalmente en el cielo de Madrid. Una maravillosa terraza se extiende ante nosotros, y un gran número de mesas se distribuyen a lo largo del espacio curvo delimitado por la balaustrada que rodea la azotea. Damos unos pasos al frente, y la Puerta del Sol se alza majestuosamente ante nosotros.

Un encantador hostess nos acomoda en una mesa, y la agradable atmósfera del lugar nos va envolviendo: Las tenues luces de las lámparas, las velas de las mesas, la música que alterna estilos jazz y deep house… El personal nos atiende con su mejor sonrisa, y la cena va desarrollándose con gozo y alegría. Y una vez saciados, tras terminar con los deliciosos manjares de los que hemos disfrutado, algo ocurre. El personal va repartiendo por las mesas un pequeño saquito de plástico a cada persona. Este contiene doce uvas.

Unos minutos después, el reloj da las doce. Y como si de repente la noche de fin de año hubiera llegado en ese instante, nos comemos una uva por cada campanada. Para alguien que nunca ha pasado una Nochevieja en la emblemática Puerta del Sol, la sensación que le embriaga es increíble. Tras las doce campanadas, la canción de Mecano Un año más comienza a sonar, y todos intercambian sendos besos en las mejillas, felicitando la entrada del nuevo año. Y es inevitable sentirse feliz.

Las doce campanadas.
¡Feliz Año Nuevo!
Un año más, Mecano.

Este mágico momento se viene dando cada semana de miércoles a domingo desde 2016, cuando el restaurante decidió aprovechar la privilegiada ubicación que tiene para brindar a sus clientes una experiencia que nunca olvidarán; Y lo que es mejor, una experiencia que podrán revivir tantas veces como deseen, ya que se realiza todas las noches del año, exceptuando los lunes y martes, que son los únicos días en los que el restaurante se encuentra cerrado, así como los días festivos en los que cierra El Corte Inglés, dado que el restaurante se encuentra dentro de este centro comercial.

Dos grandes cocineros con portentosas trayectorias

Los chefs Alberto Chicote y pedro Olmedo
Los chefs Alberto Chicote (izquierda) y Pedro Olmedo (derecha).

La fama de Chicote viene avalada por una amplia trayectoria profesional reconocida con numerosos premios gastronómicos a nivel nacional, entre los que se encuentran el Premio de Madrid Fusión al mejor cocinero del año, otorgado en 2005; Premio de El Mundo al mejor cocinero en progresión, en 2009; Y el Premio al mejor restaurante (Pandelujo), otorgado también por El Mundo, en 2010, entre otros. Asimismo, Alberto Chicote se ha convertido en un personaje mediático gracias a sus participaciones desde el año 2012 en programas como Pesadilla en la cocina y Top Chef.

Por su parte, Pedro Olmedo tiene también una larga y exitosa carrera profesional dentro del mundo de los fogones. En 1992 fue jefe de cocina de El Cenador de Salvador, en Moralzarzal, período en el cual, bajo la dirección de Olmedo, dicho restaurante logró hacerse con una estrella Michelin y con el Premio Nacional de Gastronomía. Asimismo, tras volver a Madrid después de pasar cuatro años trabajando en Málaga, ganó el Campeonato de Cocina de Madrid y el Subcampeonato de España para el Bocuse d´Or mundial. Posteriormente, asumió la Dirección de Hostelería del Casino Gran Madrid, y más adelante, se hizo cargo de la Dirección Gastronómica de Los Hoteles Boutique del Grupo Marugal Distinctive Hotels, al mismo tiempo que añadía a su currículum un MBA (Master of Business Administration, Maestría en Administración de Empresas) en el IE Business School de Madrid en pos de alcanzar una formación todavía más global.

A partir de ese momento, y después de 20 años de amistad y relación laboral con Alberto Chicote, emprendió con él la realización de las dos primeras temporadas de Pesadilla en La Cocina, ocupando el puesto de director gastronómico; Y a día de hoy, ambos son socios en el negocio que aquí nos ocupa, el Restaurante Terraza Puertalsol.

Carta de la terraza

Ensaladilla rusa de langostinos y ventresca en copita (tapa).
Ensaladilla rusa de langostinos y ventresca en copita (tapa).

El restaurante ofrece cuatro cartas diferentes: La carta de la terraza, la carta del salón y barra, la carta vegetariana, y la carta de bebidas. El menú que encontramos en la terraza es fijo, e incluye 3 tapas1 plato principal (media ración) y 1 postre a elegir, pan al horno y aceite de oliva virgen extra (no incluye bebidas). Su precio es de 39.00 € (IVA incluido).

Tratándose de estos dos grandes maestros de la cocina, no es de extrañar que los manjares que encontramos en su restaurante sean absolutamente extraordinarios, mezclas de sabores tan suculentos que son capaces de satisfacer hasta los paladares más exigentes. Pero sobre todo, en este restaurante, además de disfrutar de tales exquisiteces, no cabe duda de que tan solo el hecho de contemplar las impresionantes vistas que nos ofrece la terraza es ya de por sí un deleite para los sentidos.

Y nosotros no podemos más que darles las gracias por permitirnos disfrutar de tan maravillosa vivencia, y hacer correr la voz entre nuestros allegados para que nos acompañen en nuestra próxima visita.

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