Nuevos aires y viejos obstáculos del teatro español

Jóvenes actores de teatro
Jóvenes actores de teatro
De izquierda a derecha: Víctor Núñez, Alma García, Iratxe Arrizabalo y Eugeni Mataix. Una nueva generación de actores de teatro que reclama su lugar en la industria.

Tres jóvenes actores cuentan cómo son los inicios de su carrera artística y los problemas que están encontrando. La regeneración de una industria que atraviesa una de sus peores crisis.

Iratxe Arrizabalo nació en Madrid hace 23 años y reconoce que desde muy pequeña quiso formar parte de esa magia que tiene el teatro para trasladarnos a otros mundos, entretenernos, divertirnos y engañarnos de una manera bella, a través del juego de la interpretación. Tan claro lo tenía, que decidió estudiar teatro y apostar sin ningún pudor por un futuro en el escenario. Ahora que ha terminado su formación académica y está afrontando la realidad de conseguir labrarse un futuro en el mundillo, está hallando muchas dificultades a la hora de encontrar su sitio. “Considero que es muy difícil hacerse un hueco en este mundo, conseguir que te vean, contactos… Y hacerlo desde la vía natural, la del trabajo, esa tan opuesta al ‘enchufismo’, el peor enemigo de los artistas currantes”, asegura la joven actriz madrileña.

A sus 80 años, Concha Velasco vuelve a subirse a un escenario para estrenar La habitación de María, una obra escrita por su hijo Manuel. El estreno tuvo lugar en el Teatro Reina Victoria de Madrid, en la que fue una noche mágica para una de las actrices más reconocidas de nuestro país. Esta simbólica cita representó el emotivo relevo generacional entre madre e hijo, actriz y director. Sin embargo, se está produciendo otro relevo generacional en las entrañas del teatro español, que es menos idílico y no cuenta con tanta fortuna y visibilidad. Se trata de la nueva generación de actores y actrices que están encontrando, probablemente, uno de los peores escenarios posibles para desarrollarse. La compleja situación económica y social que atraviesa España ha puesto de manifiesto problemas que ya existían antes de la pandemia. Pese a que el contexto no acompaña, esta nueva generación conserva las ganas de trabajar y luchar por un sueño que nunca fue fácil de cumplir.

Alma García en el cartel promocional de Bien está que fuera tu tierra, Galdós
Alma García en el cartel promocional de Bien está que fuera tu tierra, Galdós

Alma García viene de Valencia y, con apenas 23 años, actúa y se ocupa de la dramaturgia de Bien está que fuera tu tierra, Galdós, obra que se puede ver estos días representada en el Teatro Fernán Gómez de Madrid. García coincide con Arrizabalo en que existe un difícil entramado en torno a los castings de ficción y a la necesidad de tener un representante que cuente con los contactos necesarios para acceder a esas audiciones. “Si no has hecho nada a nivel audiovisual o acabas de empezar, con suerte te acaban cogiendo representantes que a lo mejor no tienen tantos contactos y acabas haciendo algo de publicidad”, explica la actriz valenciana.

Víctor Núñez e Iratxe Arrizabalo representando Amor, sueño y confusión en una noche de verano, en el Teatro Fernando de Rojas del Círculo de Bellas Artes de Madrid.
Víctor Núñez e Iratxe Arrizabalo representando Amor, sueño y confusión en una noche de verano, en el Teatro Fernando de Rojas del Círculo de Bellas Artes de Madrid.

“Parece una tontería, pero es bastante complicado acceder a un proyecto teatral, ya sea porque careces de un representante, porque no tienes el número de seguidores establecidos o porque directamente ya no se crean tantos proyectos teatrales como antes. Por eso la mayoría de nosotros empezamos intentando desarrollar nuestro proyecto uniéndonos con compañeros y haciéndonos poco a poco visibles para el mundo teatral”, relata Víctor Núñez, madrileño de 23 años y graduado en artes visuales y danza.

Los tres jóvenes actores coinciden en que, tarde o temprano, el sector se recuperará; sin embargo, existen problemas estructurales que suponen un lastre para las artes escénicas. Los tres lamentan que el apoyo institucional no sea suficiente para un sector que, según los últimos datos del Ministerio de Cultura, aporta un total de 2.730 millones de euros al PIB, mientras que supone un gasto total que apenas supera los 139 millones de euros para la Administración General del Estado.

“Nunca hay nada asegurado. Puedes tener trabajo dos meses y después, ¿qué?”

Iratxe Arrizabalo

Por otro lado, Arrizabalo denuncia la precaria situación laboral del gremio: “Nunca hay nada asegurado. Puedes tener trabajo dos meses y después, ¿qué?”.

Otro dato llamativo cuando consultas los datos del Ministerio es la diferencia de empleo entre hombres y mujeres en el ámbito cultural. Una estadística que refleja que una mayoría masculina con un 60,9% de hombres y un 39,1% de mujeres. Pese a su naturaleza integradora, este sector tampoco logra romper esa barrera de la desigualdad.

Estadísticas actualizadas de empleo cultural correspondientes al año 2018. Fuente: Ministerio de Cultura y Deporte
Últimas estadísticas actualizadas de empleo cultural correspondientes al año 2018. Fuente: Ministerio de Cultura y Deporte

¿Es España un buen país para dedicarse al teatro?

Alma García lo tiene claro y apuesta por desarrollar su carrera aquí por convicción, pero también por pragmatismo: “No podemos olvidar que trabajamos con nuestro cuerpo, con nuestra voz y con nuestra esencia, por lo que las oportunidades para trabajar en el extranjero como actriz son limitadas y hay que ser realistas”. Iratxe Arrizabalo tiene sus dudas y, sobre todo, echa en falta una educación artística en torno al teatro: “Falta invertir en educación artística, creo que es un enorme error, porque cada vez tendemos más al individualismo y el teatro tiene la potencialidad de unir al pueblo, a la comunidad, tiene un poder emancipatorio brutal”.

«No podemos olvidar que trabajamos con nuestro cuerpo, con nuestra voz y con nuestra esencia, por lo que las oportunidades para trabajar en el extranjero como actriz son limitadas y hay que ser realistas»

Alma García

Por su parte, Víctor Núñez considera que España es muy buen sitio para desarrollarse, cree que la manera que tenemos de exprimir y experimentar los sentimientos es algo único. Sin embargo, coincide con Arrizabalo en la necesidad de acercar el teatro a todo tipo de públicos. “Hará un par de años estuve en Berlín con unos cuantos compañeros. Nos fuimos una semana y vimos una obra de teatro por día. Todos nos fuimos alucinados con la tradición cultural que había. Fuera el día que fuera, teatros más tradicionales o experimentales, estaban todos llenos de personas de todas las edades, y con una forma de entender el teatro y el espectáculo de una manera especial, pero totalmente normalizada. Sin embargo, creo que eso España no lo tiene”, cuenta el joven actor.

¿Hasta qué punto es útil la formación que reciben?

La actriz madrileña agradece y aprecia la formación que ha recibido, pero tiene la sensación de que con una buena educación no es suficiente, y que las oportunidades actualmente son muy limitadas. Núñez considera útil su educación, pero cree necesario mejorar en cuanto a la preparación profesional: “Sales de tus estudios, y no sabes a dónde ir, cómo hacer tu CV, a dónde mandar tu material”. Alma García, sigue actualmente su formación como actriz en el estudio Work in Progress de Darío Facal, y valora de forma muy positiva la ayuda que está recibiendo a la hora de desarrollarse profesionalmente. “Nos ponen los pies en la tierra, nos ayudan a preparar los castings, buscar representante y todas esas cuestiones más técnicas, sin descuidar el trabajo poético”, aclara la actriz valenciana.

“Ya que es un mundo complicado e inestable, no está de más escuchar lo bueno que tiene, lo bonito que puede llegar a ser y lo que te enriquece como persona”

Víctor Núñez

Al ser preguntados por el consejo que les hubiera gustado recibir cuando decidieron dedicarse a la interpretación, Arrizabalo insiste en que no basta con aprender a ser un gran actor, sino que también hay que saber buscarse la vida. “Si no te contratan en una compañía, monta tú una. No hay que esperar, siempre es un buen momento para empezar a crear”, asegura. El actor y bailarín madrileño denuncia que se trata de un sector al que le falta apoyo: “Ya que es un mundo complicado e inestable, no está de más escuchar lo bueno que tiene, lo bonito que puede llegar a ser y lo que te enriquece como persona”. Finalmente, García considera esencial plantear desde el principio los diferentes escenarios a los que todo actor se tiene que someter en un futuro, “los claroscuros de la profesión”, sin excesiva idealización ni tampoco excesivo pesimismo.

¿Expectativas para el futuro?

“Si hay algo que nos ha enseñado la pandemia es que es muy difícil hacer demasiadas conjeturas sobre el futuro, pero bueno, hoy por hoy, estoy contenta y tengo esperanza por cómo se están abriendo los caminos”, explica Alma García que, en Bien está que fuera tu tierra, Galdós, ha descubierto la dramaturgia como otra vía para buscar nuevas oportunidades. En el caso de Víctor Núñez, le gustaría aportar su granito de arena en el desarrollo de una cultura de teatro físico en España, una disciplina aún por descubrir en nuestro país. El joven madrileño asegura que lograr hacer del teatro su medio de vida ya sería un éxito en sí. Iratxe Arrizabalo también coincide en esto último y añade el deseo de que la cultura empiece a ocupar el espacio que merece: “Porque invertir en cultura es invertir en felicidad. Ya lo decía el chileno Luis Emilio Recabarren hace más de 100 años: ‘Yo creo que donde no hay cultura no puede haber verdadero bienestar. Mientras la clase gobernante restrinja el desarrollo de la cultura, impedirá a la vez la felicidad a la que tiene derecho el pueblo'».

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