Empezar por el final para entender el principio. Aunque la trayectoria habitual suele ser la contraria, el autor y dramaturgo Ignacio García May comienza su reflexión sobre los orígenes del teatro partiendo de la muerte. “Es lo último que hacemos, teóricamente, pero es el principio de la cultura”, sostiene el autor de Antes del teatro (Bolchiro), un libro que presentó el pasado miércoles 16 de noviembre junto a Carlos Hipólito y Lluís Pasqual.
Y es que sitúa, precisamente en el momento final de nuestra vidas, el origen de lo que hoy conocemos como teatro. “El edificio entero de la cultura no es otra cosa que la suma de las respuestas que las diferentes sociedades han ido dando a esta permanente y angustiosa cuestión”, apunta en declaraciones a este medio.
Mediante un recorrido histórico y cultural incluye referencias de distintos pensadores entre los que se encuentran Aristóteles, Hesíodo, Joseph Campbell o Jacques Le Goff, todo ello con el fin de revelar cómo los ritos primitivos de los enterramientos fueron el germen de lo que hoy conocemos como teatro. Un libro que puede leerse tanto como “artefacto de valor académico o solo como una ficción”, pues tal y como indica el autor, deja al lector la libertad de escoger la perspectiva con la que quiera enfrentarse a él.
Desmontando mitos
En Antes del teatro, García May estudia el valor de los ritos en las sociedades antiguas a la vez que retrata cómo son entendidos en las sociedad actuales. A su vez, este ensayo desmonta algunas teorías clásicas sobre los orígenes de las representaciones dramáticas. “Cuando empiezas a estudiar historia del teatro y te empiezan a contar su origen, te das cuenta enseguida de que está lleno de agujeros”, sostiene el autor. Además, considera que gran parte de las creencias que existen en la actualidad sobre el teatro griego –considerado como punto de partida del arte dramático– son, en gran medida, “un ‘bluf’”.
Un ejemplo de ello sería la creencia de que en los festivales griegos las obras se hacían por trilogías. “Es una cosa que aprendemos siempre, porque tenemos la Orestíada y pensamos que eso era siempre así, pero no hay razón ninguna para pensarlo. Evidentemente, esta obra es una trilogía, pero no existe ningún dato que haga creer que, efectivamente, era obligatorio presentar las obras por trilogías que es como lo hemos aprendido siempre”, aclara.
Asimismo, destaca la perdurabilidad de sus elementos principales a lo largo del tiempo y parafraseando a Peter Brook explica que en el momento en el que tienes un espacio vacío, un actor y un espectador, ya tienes un espectáculo teatral. “Esto no ha cambiado”, puntualiza.
El teatro y el entorno digital, una lucha de naturalezas
El entorno digital en el que actualmente se desarrollan nuestras sociedades ha derivado en un cambio en los hábitos de ocio, donde cada vez más la gente opta por el consumo de productos culturales a través de las pantallas. Ante este nuevo paradigma que se ha visto incrementado tras la pandemia surgen nuevos interrogantes: ¿cómo puede el teatro adaptarse a la era digital? ¿Tiene que reinventarse?
En este sentido, el también dramaturgo Michael Eickhoff, apuntaba en 2020 que la futura formación, el desarrollo profesional y la investigación artístico-técnica de la Academia son los mayores retos del teatro: “Es necesario dar forma al cambio fundamental que se está produciendo como resultado de la digitalización de todos los ámbitos de la vida”, destacaba en un artículo para la revista Dramática. De hecho, desde el verano de 2020 Eickhoff forma parte de la Academy for Theatre and Digitality, un proyecto modelo de investigación artística en tecnologías digitales para las artes escénicas.
A este respecto, García May está convencido de que el teatro es el único arte que no se está viendo afectado, precisamente por su propia esencia. “En el cine y la música está ahora mismo la obsesión de convertirlo todo en digital, pero es que la naturaleza del teatro es el directo. El teatro filmado no es teatro, es televisión. Si yo lo estoy viendo por una pantalla ya no es teatro, por definición, aunque se esté haciendo en directo al otro lado”, sostiene. Por ello, cree que el teatro será el único arte que va a sobrevivir a la “pesadilla de lo digital”.