«La alquimia es una ciencia con la que se comprende la estructura de una materia. La descompone y después la recompone». La ley del intercambio equivalente de la alquimia, Touka Koukan, sostiene que no se puede obtener nada sin dar nada a cambio. Para crear algo, otra cosa de igual valor debe perderse. «Quizás la lección es que la gente no puede conseguir nada sin sacrificios».
Edward y Alphonse Elric apenas eran unos críos cuando su padre se marchó de casa. La temprana muerte de su madre unos años más tarde les deja desvastados, pero los hermanos deciden resucitarla a través de la alquimia, una de las técnicas científicas más avanzadas. Juntos investigan acerca de la transmutación humana, un arte prohibida. Sin embargo, su intento es un fracaso, y en el proceso Edward pierde su pierna izquierda y Alphonse, su cuerpo. En un desesperado intento de salvar la vida de su hermano, Edward sacrifica su brazo derecho para atar el alma de Alphonse a una armadura. Poco después, Roy Mustang, un Alquimista Nacional, les visita y propone a Edward convertirse en parte del ejército con el fin de encontrar una forma de recuperar sus cuerpos.
Hace diez años, Hiromu Arakawa, una mangaka afincada en Hokkaido, lanzaba el manga de Fullmetal Alchemist, en el que mezclaba acción, drama, aventura, ficción y steampunk. Nueve años y 27 tomos después, finalizaba la historia en papel en Japón, y el mes que viene terminará en España de la mano de Norma Editorial. La adaptación al anime empezó en 2003 y finalizaría un año y 51 capítulos después. Sin embargo, cuando la serie alcanzó a la historia original del manga, el anime continuó por otros derroteros, creando una trama paralela diferente que concluiría en 2005 con la película Fullmetal Alchemist: Conqueror of Shamballa.
Tanto el manga como el anime cosecharon un gran éxito mundial. En 2004, el manga compartiría con Yakitate!! Japan, de Takashi Hashiguchi, el premio Shōgakukan en la categoría shōnen, uno de los más prestigiosos que se entrega en Japón. En 2010 se habían vendido más de 50 millones de copias del manga, y en 2009 fue el cuarto título más vendido en Japón. En cuanto al anime, en 2003 ganó el Anime Grand Prix en la categoría de Mejor Anime, el American Anime Awards en cinco categorías distintas en 2007 y el primer puesto del ranking de TV Asahi de los 100 mejores animes del 2006. Todo esto llevó a que en 2009 se lanzara un remake del anime, Fullmetal Alchemist: Brotherhood, mucho más fiel al argumento original y que duraría más de un año y 64 capítulos. Un rápido vistazo al mercado confirma Fullmetal Alchemist como una de las series más queridas por los fans: merchandising de todo tipo, novelizaciones, videojuegos, OVAs… que a día de hoy siguen arrasando por todo el mundo.
¿Pero qué se esconde detrás de tantos éxitos? Simplemente, “el” anime, uno de los mejores de todos los tiempos. Una recomendación incuestionable para comenzar (y terminar) en el mundo del anime. Una historia profunda, oscura, dura y trágica. Ciencia, tecnología, alquimia y magia, multitud de personajes bien construidos y mejor desarrollados, acción, misterio, conspiraciones, guerras y traiciones, amor, amistad y muertes trágicas, batallas, conflictos morales, sacrificios y mucho humor. Un dibujo limpio y de gran calidad, buenos diálogos y unos personajes especialmente carismáticos se unen a una historia apasionada y desgarradora, elaborada con un gran número de pequeños detalles, que engancha inevitablemente, provocando escalofríos y encogiendo el corazón.
La mayoría de los personajes no son buenos ni malos, son sencillamente individuos que se mueven por sus propios intereses y una filosofía más o menos cuestionable. Y en medio de todos ellos, la piedra filosofal y el terrible secreto de su creación. De telón de fondo, Amestris, un mundo ambientado en la Europa posterior a la Revolución Industrial en la que la alquimia ha sustituido a los avances tecnológicos, y una banda sonora espectacular, que nos dejó algunos de los mejores openings y endings que hayamos visto y escuchado.
La historia de los hermanos Elric comienza con un pecado imperdonable, un tabú que los condenará para siempre. El primero de muchos que encontrarán en su camino hacia la Puerta de la Verdad, aquella puerta que posee todo el conocimiento y la fuente de la alquimia. Aquella que nunca querrían haber visto.
«Una persona no puede ganar nada sin perder nada. Para ganar algo necesitas sacrificar algo del mismo valor. Este es el principio del intercambio equivalente». Esa es la ley sobre la que se rige el mundo. Todo es uno y uno es todo.
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