FEDERICO FELLINI. EL CIRCO DE LAS ILUSIONES

Federico Fellini. El circo de las ilusiones

¡Luces, cámara, acción! ¡Cuántas veces hemos soñado con estar ante las cámaras!, ya sea como presentadores, actores, modelos, cantantes, futbolistas… Y es que, aunque hayamos pasado del famoso “mamá, quiero ser artista” al “mamá, quiero ser un Gran Hermano” el interés sigue siendo el mismo. La prensa rosa y el mundo del espectáculo llama la atención. Todos queremos saber qué hay detrás de ese escenario idílico que nos venden constantemente bajo el título de “la gran familia del cine o de la tele”. Ahora bien, ¿desde cuándo este interés? ¿cuándo surgió esta moda? En Federico Fellini, el circo de las ilusiones, podemos ver que fue con el cine neorrealista de Fellini y con el desembarco americano en Italia al finalizar la II Guerra Mundial cuando nació la tan aclamada prensa del corazón y el término paparazzi, retratado por primera vez en La Dolce Vita.

La exposición, que se podrá visitar hasta el 26 de diciembre en el CaixaForum de Madrid, está dividida en dos bloques: las influencias que tuvo Fellini en su cine y el mundo del cineasta; es decir, el elenco de gente que le rodeaba. Su cine se caracteriza por ser neorrealista; ya que se basa en aspectos de la realidad que después reinterpreta y, en ocasiones, deforma llegando a la caricatura y lo grotesco. Ha sido considerado como un cineasta reaccionario por su gran afán de criticar a la sociedad italiana de la posguerra.

Entre las influencias que se aprecian en sus películas se encuentra: el peso de la cultura popular y la prensa ilustrada; la música popular con el Rock&Roll, personificado en la figura de Elvis; el circo que tanto le impresionaba y la publicidad, que en un principio criticó duramente, pero que finalmente cayó rendido ante su poder y el dinero que le aportaba (es increíble cómo cuando hay dinero de por medio nuestros gustos y pensamientos cambian de manera asombrosa).

Todo ello, se materializa en la segunda parte de la exposición, en donde vemos a su musa Anita Ekberg bailando sin cesar en su obra maestra: La Dolce Vita que le costó su primer choque con la Iglesia, al mezclar la figura de Jesucristo con la modernidad del ligoteo, las chicas en bikini y los helicópteros. Su interés por controlar todos los aspectos del rodaje le llevó a no rodar nunca en exteriores, teniendo que recrear todos los paisajes dentro del estudio.

Mujeres de formas exageradas, “mujeres felinas” caracterizadas con enormes ojos y facciones deformadas, actores no profesionales, gente de la calle La dolce vitaa la que daba papeles para que el conjunto fuese aún más real. En definitiva, sus películas son una sátira de la sociedad de aquella época que reproducía con éxito gracias a Anita Ekberg y Marcello Mastroianni, considerado su alter ego.

Un mundo de fantasía e ilusión, un cine realista pero crítico que se vuelve, a partir de los años 60, en introspectivo y autobiográfico. Su interés por el inconsciente y el mundo de los sueños se puede apreciar en su película La ciudad de las mujeres. Con episodios que fingen ser autobiográficos junto a las pinturas y notas de sus sueños que concibe como ideas que no han traspasado el umbral de la inconsciencia, finaliza este recorrido. Así, despertamos de este maravilloso mundo que nos ha envuelto durante aproximadamente una hora y nos damos cuenta de que detrás del ¡luces, cámara, acción! se encuentra el frío invierno de las calles de Madrid.

Inolvidable.

Federico Fellini, el circo de las ilusiones

CaixaForum Madrid, Paseo del Prado, 36

Hasta el 26 de diciembre 2010.

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