ENTREVISTA CON MªISABEL LÓPEZ: «ELLOS SABEN MUCHO DE SU INSTRUMENTO, PERO YO SÉ MUCHO DEL DE TODOS»

Mª Isavel López Calzada dirigiendo la OSMUM

Mozart nació con un don que la llevó a recorrer las principales ciudades de Europa sentada frente a un piano hasta los 18 años. Había alcanzado la edad de contraer matrimonio y sus padres ya no le permitieron seguir demostrando su habilidad artística en los viajes que realizaba junto a su hermano, Wolfang Amadeus Mozart. Nannerl es sólo uno de los muchos talentos musicales que se han ido perdiendo a lo largo de la historia por no haber sido engendrados con un cromosoma Y. Ahora, sin embargo, sus melodías vuelven a revivir gracias a Mª Isabel López Calzada y su Orquestra Sinfónica de Mujeres (OSMUM). La OSMUM es la primera orquestra sinfónica de Europa integrada exclusivamente por mujeres, con el objetivo de facilitar el acceso de las mujeres a este tipo de agrupación musical y de dar a conocer las composiciones de grandes músicas que, hasta ahora, habían pasado totalmente desapercibidas.

“No hay ningún libro de historia de la música que te hable de mujeres compositoras –explica la directora de la Orquestra de Mujeres –. Así que me puse a investigar por mi cuenta y empecé a encontrar partituras de Clara Schumann –esposa del famoso compositor del romanticismo alemán –, de Alma Mahler –esposa también del reconocido director y compositor bohemio-austríaco –, colaboraciones de Fanny Mendelssohn con su hermano… A partir de aquí me fue rondando la idea de dar a conocer la música de estas mujeres históricas, ¡y qué mejor forma de hacerlo que a través de una orquestra de mujeres!”OSMUM

La filarmónica empezó su andadura en 2004 y, desde entonces, Isabel no ha dejado de recibir currículums de músicas que quieren formar parte de su orquestra. “Pensé que iba a tener bastantes problemas para encontrar instrumentistas –admite la fundadora –, sobre todo de viento y percusión.” Pero no fue así. “Tradicionalmente, a las niñas se les ha enseñado siempre a tocar el piano y el violín, pero ahora la mujer tiene la posibilidad de acceder al instrumento que quiera y, de esta forma, ampliar también sus oportunidades de trabajo.” Aunque algunas de ellas se topen de tanto en tanto con un cerebro aletargado que ignora que un pulmón femenino está tan bien capacitado para inhalar y expulsar aire como su par masculino.

“En mi campo –explica la directora –, ven a una mujer en el podio y ya te están examinando de arriba abajo: a ver qué llevas puesto, cómo vas peinada, qué es lo que vas a decir…” Ahora bien, desde el momento en que empieza a trabajar y a dar indicaciones coherentes a los concertistas –“el arco, más al ponticello…”  o “Usted con la embocadura, por favor, de esta otra manera” –pasa de ser una mujer a ser una de las cinco directoras de orquestra que hay actualmente en España. “Ellos saben mucho de su instrumento  –afirma –, pero yo sé mucho del de todos.” Así lo demuestran cinco carreras –tres diplomaturas: lenguaje musical, transposición y acompañamiento; composición, y dirección de orquestra; y dos licenciaturas: piano y violín –, un máster en ópera por la Accademia Chigiana y otro en promoción y gestión musical, y su doctorado por la Universidad Autónoma de Madrid. “Es mi pasión, mi forma de vida –admite emocionada a quien, desde pequeña, le atrajo el mundo de la dirección–. Para mí era algo mágico ver cómo al director de orquestra le salía la música de las manos. Siempre decía que quería ese instrumento… Ese… Ese tan grande.”

OSMUMY con voluntad y determinación, lo consiguió. “Pero yo y todas las mujeres que somos músicos, dentro de lo cabe, no lo hemos tenido tan difícil –y compara su situación con la de las compositoras históricas del siglo XVIII y XIX –. Lo que pasa es que ahora buscamos un mayor reconocimiento, porque no hay que dejar de insistir para facilitar la entrada en el mundo de la música a todas las mujeres que quieran hacerse un hueco en él.” Las puertas de la OSMUM están abiertas para todas ellas: latinoamericanas, estadounidenses, rumanas, chinas… y también españolas llegadas de todos los rincones del país se han asentado en Madrid para dedicarse de lleno a la orquestra y a la docencia musical. “Para mí es muy importante que un instrumentista sea también pedagogo –expone Isabel –, porque si es incapaz de transmitir en un aula, no podrá transmitirme absolutamente nada sobre el escenario.” Ella misma dirige una escuela de música en Villaviciosa de Odón desde hace 15 años. “Entran con 2 años y a los 4 ó 5 ya están leyendo partituras y tocando algún instrumento.” Su hija misma, por ejemplo, con sólo 5 años ya hace tres que toca el piano y el violín. “Pero no porque sea ella –dice a modo de disculpa –, tiene más amigas que hacen lo mismo, y ninguna de ellas es superdotada. A esa edad tienen una capacidad increíble para absorber conocimientos, y aprenden el lenguaje musical como aprenden a hablar, sin darse cuenta. Para ellos es como un juego, y tienen tanta flexibilidad, que tocan como si nada. ¡Es una maravilla!” Para la directora, al igual que nos enseñan a escribir sin que por ello tengamos que acabar publicando novelas, todos los niños deberían tener sus clases de música desde que entran hasta que salen del colegio. “Después ya decidirán qué camino quieren seguir, porque la música no es un hobby: es un complemento de nuestra formación.”

Curiosamente, a esas edades, en los conservatorios hay niños y niñas por igual, pero algo pasa al llegar al mundo laboral para que a sólo uno de cada tres intérpretes en las orquestras sinfónicas españolas le falte un cromosoma Y. Quizá haya discriminación de género en el ámbito orquestal, o quizá, como en todos los trabajos, sea también difícil compaginar vida  laboral y familiar. “Yo no tengo un horario fijo… No ya de lunes a viernes, ¡de lunes a domingo! –se desespera con gusto Isabel – Pero para mí no es trabajo… ¡es mi vida! Y no hay nada como organizarse… Me encanta ensayar, dar clases, estar con mi familia, salir con mis amigos… Sacas tiempo de donde sea para dedicarlo a los demás. Eso sí, ¡después no tengo ningún problema para dormir!”

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