Más allá de su gastronomía, el verde de sus paisajes y sus playas infinitas el Norte de España se posiciona como una fuerte ruta del arte. Podría perderme en enumerar las cualidades que atraen a miles de turistas hacia el norte, pero ahora parece que una despunta especialmente, los museos y centros de arte.
Aún sin noticias firmes sobre el futuro del Centro Cultural Niemeyer, el Norte de España parece un lugar prolífero para las grandes instituciones culturales. Bilbao fue la primera en lanzarse con el Museo Guggenheim, la siguió San Sebastián con el Palacio de Congresos y Auditorio Kursaal diseñado por Rafael Moneo, después Avilés y ahora es Santander la encargada de contar con otro premiado con el Pritzker, Renzo Piano, que ya ha presentado su diseño para el nuevo centro cultural que mirará al Cantábrico.
Será en 2014 cuando la Bahía de Santander vea surgir a sus orillas un coloso que marque el futuro de la ciudad, el Centro de Arte Botín. Seis mil metros cuadrados divididos en dos salas; una utilizada exclusivamente como museo, en la que se expondrán entre otras obras la colección propia de la Fundación Botín, y otra centrada en la educación donde se impartirán cursos y talleres.
Arquitectura y arte se han retroalimentado efusivamente durante los últimos años y muchas ciudades españolas han sabido encontrar en esta dualidad un fuerte crecimiento de su economía y su popularidad. Parece que el arte funciona como reclamo turístico, debemos alegrarnos por ello y confiar en que el auge de estas instituciones continúe acercándonos a la cultura.