Vuelve el Salón Internacional del Chocolate de Madrid, con una VI Edición repleta de talleres, showcookings y catas. ¡Solo apta para los más golosos!
Por Sara Menacho y Paula Pardo
El Pabellón de Convenciones de Casa de Campo se ha convertido del 3 al 5 de noviembre en todo un paraíso para los amantes del chocolate. Chocomad, nombre del Salón Internacional del Chocolate de Madrid, ha celebrado la VI Edición del mayor evento del chocolate de habla hispana. Tras pasar por Zaragoza en 2022, la feria ha regresado a la capital de la mano de Chocolates Valor, patrocinador principal del salón, con el lema “Madrid es de chocolate”.
La idea de este salón surgió en 2017, cuando Pablo Blesa, director de la organización, y su equipo visitaron un evento parecido en Portugal. En 2018, el sueño se hizo realidad, celebrando la primera edición en la capital. La idea original, que intentan cumplir cada año, fue la de alternar las ediciones, un año en Madrid y al siguiente en otra ciudad española. Con más de 60 expositores nacionales e internacionales y unos 18.000 visitantes durante los tres días, Blesa afirma que “la acogida ha sido muy buena y dinámica, en parte debido a las actividades infantiles que se han implantado gracias a Huesitos y los showcookings cada 45 minutos”.
Esta iniciativa nace de la colaboración de instituciones públicas y privadas con un único objetivo: potenciar y dar a conocer el mercado del cacao y el chocolate. Para el director del salón, la misión de Chocomad es “satisfacer a los expositores y a los visitantes”. Además, este año han querido colaborar con la Fundación Aladina en un proyecto solidario con donaciones de la Corona de la Almudena, dulce típico madrileño y Agua Font Vella.
Entre los productos favoritos de los asistentes destacan un original plato de buñuelos de callos con chocolate, los productos originales de la marca valenciana Papúa como el muñeco de nieve Lucas o sus Goya de chocolate, las palmeritas de Morata de Tajuña y un peculiar chocolate con sabor a jamón.
Desde las 10 de la mañana hasta las 8 de la tarde, Chocomad ha sido una gran fiesta para las familias y el resto de visitantes, que han podido disfrutar de diversas actividades como demostraciones de chocolate con miel, café, vino o Roscón de Reyes, degustaciones de cacaos de todo el mundo, desde los más artesanos de Madrid hasta los más exóticos procedentes de República Dominicana o Ecuador, y de talleres con marcas artesanales, como la asociación Bean to Bar.
Además, los expositores han podido participar en concursos como “Los Premios Internacionales del Bombón Artesano” o los “Goyas de chocolate”, que se entregaron el sábado por la tarde y premiaron a diferentes instituciones y empresas como el Ayuntamiento de Pinto —pueblo chocolatero—, el SAMUR o Telemadrid.
El evento especial de esta edición ha sido el “World Coffee Challenge 2023”, con la intención de fomentar la colaboración entre los productores de café y chocolate de calidad e intercambiar ideas. Todo un éxito entre el público, al igual que la exhibición de las increíbles esculturas de azúcar de ASEMPAS, que han sido donadas a distintas instituciones.
Como en Cultura Joven somos muy golosos, hemos hecho una recopilación de nuestros favoritos de este salón de chocolate.
Los favoritos de Cultura Joven
- Lopetes Artesanos
Lopetes Artesanos es una empresa familiar de Jijona, cuna del turrón, fundada en 1942. Se dedican a la fabricación 100% artesanal de turrones, mazapanes, polvorones y chocolates. Elena, trabajadora de Lopetes Artesanos, nos aseguró que “los mazapanes de la Tía Lola son los mejores de la comunidad”. Nos apuntamos su turrón para triunfar estas navidades, pero sin duda, la estrella de la corona fueron sus almendras bañadas en chocolate.
- Palmeritas de Morata
Uno de los puestos favoritos de los visitantes del salón de chocolate, y un indispensable en Madrid, fue el de las palmeritas de Morata. Morata de Tajuña no es apodado como “el pueblo más dulce de Madrid” por casualidad, sus palmeritas le han valido este reconocimiento. Su sello de identidad es que el hojaldre con el que están hechas es una masa auténtica blanda mojada en almíbar, lo que le confiere una textura característica. Hasta tienen una Feria de la Palmerita que se celebra el 16 y 17 de diciembre. ¡Todo un planazo para este diciembre!
- Turrón de galleta Lotus de Milagritos de Astorga
Volviendo a los turrones, aunque lo tradicional siempre es un acierto, lo nuevo también gusta. En este caso, nos llamaron la atención los turrones originales de Milagritos de Astorga. Y lo de “originales” no es en vano, pues te puedes encontrar turrones de sabores para todos los gustos y paladares, desde Kinder o piñones, hasta de cecina de León, chorizo o jamón para los que prefieran el salado. Pero sin duda, nos quedamos con su nuevo turrón, el de galleta Lotus.
- Vino espumoso de chocolate
Una vez entregados los Goya, los premiados brindaron con un vino espumoso de chocolate —no podía ser de otro sabor—. Para ellos, Chocolate in a bottle, también cayó una estatuilla. Están hechos con vino del sur de Perpiñán y cacao de Ecuador, y aunque en España la competencia del cava es fuerte, poco a poco, esperan abrirse un hueco en el mercado y que la gente brinde con su chocolate.
- Chocolatería 1902
Y un clásico de Madrid es la chocolatería 1902, situada en pleno centro de Madrid, cerca de la calle Arenal. Nacida en 1902 como su propio nombre indica, esta churrería y chocolatería ha pasado de padres a hijos y ya van por la 5ª generación. Aunque empezó como una churrería, pronto decidieron abrir su propia fábrica de chocolate para controlar su materia prima, y también para cubrir el nicho vacío de chocolate artesano que había en el mercado. Su secreto, desvelado en primicia para Cultura Joven, es que hacen el chocolate de manera artesanal, “como en 1902”.
Este fin de semana Madrid se ha convertido en la capital del chocolate. Blesa, así como los diferentes expositores, coinciden en que ha sido todo un éxito para ampliar mercado y beneficios y darse a conocer entre los visitantes, ya que todos son pequeñas y medianas empresas que a veces quedan invisibilizadas por las grandes factorías chocolateras. Los más pequeños también han podido disfrutar de dulces actividades como el taller de Huesitos o hasta un campo de minigolf. Además, los asistentes han podido viajar hasta República Dominicana y Ecuador, cuna del cacao, a través del paladar.
Sin duda, probar y disfrutar del delicioso sabor del chocolate en todos sus formatos ha sido un placer para los sentidos y, al igual que la mayoría de asistentes, no dudaremos en repetir la experiencia el año que viene, edición que se celebrará fuera de la capital.
