Mientras paseaba por Madrid, me llamó la atención un escaparate que vestía una pequeña selección de joyas y, en su interior, escondía una sala repleta de columnas blancas. Aunque estaba oscura, se podía entrever alguna que otra mesa que sujetaba la mirada atenta de un par o tres de trabajadoras hacia sus respectivos ordenadores. No sabía de que se trataba la empresa hasta que vi su nombre: Utopic Gallery. Me resultó extraño no ver nada (aparte de las joyas) que estuviera relacionado con el arte, así que me decidí por entrar. Justamente después de haber traspasado la puerta, me fijé en un cartel que promocionaba una exposición de pintura en ese mismo lugar, así que pregunté por ella y una chica me condujo, a través de las columnas que me habían eclipsado hacía unos pocos minutos, hasta allí.
La obra se titulaba Caminando y se había llevado a cabo por el pincel del pintor Gustavo Manzano. En ella, el artista muestra su experiencia personal por Latinoamérica. Cada uno de sus cuadros plasma en profundidad las escenas que se encontró. Retratos de personas desconocidas repletas de nostalgia, de miradas perdidas; tanto de los más mayores como de los más pequeños; se mezclan con paisajes de bosques que dejan entrever la esperanza escondida de los aldeanos, juntamente con algunas muestras de las calles y del ritmo de vida de los municipios que en su momento visitó el pintor.
La exposición se engloba dentro de lo que se conoce como arte figurativo. Cuadros con mucho color que incluso pueden llegarse a confundir con fotografías forman parte de un proyecto intimista y muy personal que se encuentra sumergido en el sótano de Utopic Gallery, en un ambiente peculiar pero idóneo para recoger este tipo de obras; rodeado de tubos y paredes blancas a través de las cuales se escucha a la perfección la música de los trabajadores e incluso, si se presta atención, más de una conversación.
En definitiva, Caminando es un buen ejemplo de las muchas sorpresas artísticas que se pueden encontrar en Madrid. Hasta el próximo 28 de diciembre, se puede gozar de esta exposición gratuita con la que el pintor madrileño destaca la contraposición entre la pobreza de algunos pueblos latinoamericanos y la riqueza paisajista que se encuentra a su alrededor. Los precios de las obras oscilan entre los 400€ y los 800€, pero vale la pena remarcar que el artista ha decidido donar el 50% del dinero que recaude a la Fundación FUNCIONA.
