Crónicas del fin es una novela publicada en formato electrónico por Gabriella Campbell y José Antonio Cotrina. El libro consta de cinco partes y las dos primeras (El cielo roto y El dios en las alturas) ya están disponibles en Amazon. Tanto el primer volumen como el segundo cuentan con un total de ocho capítulos junto con un prólogo.
Aunque sus autores hablen de novelas cortas, es, más bien, una obra publicada por entregas, tal y como se hizo, por ejemplo, en la Francia del siglo XIX con Los tres mosqueteros (Alejandro Dumas), Los miserables (Víctor Hugo), Madame Bovary (Gustave Flaubert), Guerra y paz (León Tolstói) o El conde de Montecristo (Alejandro Dumas). No es, por tanto, un formato novedoso. Y, aunque ahora Internet permite hacerlo sin demasiados problemas, puede llegar a crear confusiones entre los lectores que no se detengan demasiado en los detalles del libro.
Campbell y Cotrina han escrito varias novelas por separado de diferentes temáticas y géneros, pero en 2015, publicaron El fin de los sueños. Escrito a cuatro manos fue, sin lugar a dudas, el comienzo de una unión literaria que tuvo una gran acogida, por lo que un año después volvieron a repetir la experiencia con El día del dragón y este 2017 han vuelto a la carga con Crónicas del fin, una historia que mezcla la fantasía y la ciencia ficción.
Esta obra tiene reminiscencias de Las puertas del infinito, anterior libro de José Antonio Cotrina, tanto en la brutalidad del mundo que se presenta como en la existencia de puertas o grietas que conectan con mundos plagados de criaturas horribles.
Volumen I: El cielo roto
La historia comienza con un prólogo al más puro estilo de una película de invasión alienígena hollywoodiense con la aparición de unos seres invasores que matan a todos los que se encuentran a su paso. Sin embargo, la narración principal se centra en unos años más tarde, cuando la Tierra se convierte en un mundo caótico y peligroso con nuevas leyes en el que los seres humanos intentan sobrevivir entre monstruos y magia.
Gabriella y Cotrina no se detienen demasiado en lo ocurrido, sino que avanzan sin detenerse, lo que obliga al lector a centrarse en la lectura y evita, también, hacer capítulos introductorios que terminan repercutiendo en el ritmo de la novela. Ritmo que apenas se detiene para dar un respiro.
La protagonista principal Arda, es un personaje independiente, muy solitario y misógino. Esta última característica la aleja un poco del estereotipo de personaje femenino que estamos viendo, principalmente, en la literatura juvenil. Será ella la que guiará a los lectores a través de las páginas y presentará el horror que habita en el planeta. A través de sus ojos vemos cómo en este mundo la crueldad está a la orden del día.
Volumen II: El dios en las alturas
De nuevo, nos encontramos con un prólogo que nos devuelve a la invasión para intentar comprender cómo ocurrió, pero que corta la narración de golpe ya que el lector estaba inmerso en el mundo. Que la historia retroceda al pasado para mostrar una escena puramente informativa resulta un poco chocante ya que nos encontramos frente a una novela seriada. El uso de los prólogos estaría justificado si se tratara de distintos volúmenes de una saga.
En El cielo roto era Adra la que guiaba a los lectores, sin embargo, en El dios en las alturas es Gale, un condenado que se encuentra la protagonista, el que toma el relevo para mostrarnos los sucesos a través de su mirada.
Aunque las incógnitas generadas en la anterior novela no se resuelven, el cambio de narrador permite al lector ver el mundo desde un punto de vista más inocente y respirar unos instantes antes de que el horror vuelva a invadir las páginas, un horror más oscuro y peligroso al ser visto a través de los ojos de Gale.
Los secundarios brillaban por su ausencia en el volumen I, no obstante, en esta entrega se desarrollarán más, lo que permite profundizar un poco en el mundo que han creado los autores.
Aunque los escritores han cuidado todos los detalles de la novela, jugando con el tiempo atmosférico y la historia que aún no se ha mostrado, no se han detenido demasiado en la descripción física de este nuevo mundo. Seguramente, en las siguientes entregas se ahondará más en este nuevo entorno y en los personajes que se mueven un poco en el tópico.
Sorprende la violencia y las escenas macabras de la novela, lo que la aleja de esa fantasía que podríamos considerar más light. Los autores se recrean con las escenas más cruentas.
Estos dos volúmenes han resultado trepidantes e interesantes tanto para aquellos a los que les guste la fantasía como para los que disfruten con la ciencia ficción, aunque este último género sea muy secundario. Asimismo, se espera que en las siguientes entregas se muestre mucha más magia y otra pequeña porción de las entrañas de lo que han creado Campbell y Cotrina.
Aunque no podemos valorar el conjunto de la obra (los cinco volúmenes), sí podemos decir que estas dos primeras partes, aunque breves, son más que recomendables.
