Pero, ¿quién es Abercrombie? ¿Un músico? ¿Un director de cine? ¿El nuevo actor de moda? Nada de eso. Abercrombie & Fitch (por los apellidos de los fundadores) es una de las cadenas de moda más exitosas de los Estados Unidos, con más de 300 sucursales en todo el país. En 2006, la marca comenzó una campaña de expansión internacional que le ha llevado a lugares tan dispares como Londres, Milán o Tokio. Ahora ha decidido probar suerte en España y, para ello, ha elegido como emplazamiento el Palacio Aguas de Sevilla, en la Plaza Marqués de Salamanca, en plena ‘milla de oro’ madrileña. El pasado jueves 3 de noviembre fue la fecha escogida para la inauguración de la nueva sucursal de la firma, una inauguración que no pasó desapercibida a pesar de la lluvia y el frío.
Ropa, modelos con el torso al descubierto, un fuerte aroma dulzón en el aire (el olor característico de Fierce, la colonia de la compañía), un ambiente entre tinieblas porque lo único que está iluminado son las prendas, música a todo volumen; ésta podría ser una imagen de una película con tintes futuristas y, sin embargo, es la nueva tienda de Abercrombie & Fitch que se ha abierto en Madrid. Pero, dentro de esta estética tan característica, no hay nada dejado al azar. Todo forma parte de la campaña de marketing de la compañía y está profundamente estudiado: en especial los dependientes-modelo con el torso al descubierto, un elemento que se ha convertido en símbolo de la compañía. La firma usa a estos chicos guapos como reclamo para que las chicas entren en la tienda y compren. Y, al parecer, la estrategia funciona.
Abercrombie & Fitch se fundó en Estados Unidos a finales del siglo XIX y se especializó en la venta de ropa de acampada y armas. A pesar de su larga trayectoria, su estatus actual de marca de referencia no le llegó hasta 1992, momento en que la firma dio un giro de 360º para convertirse en lo que es hoy. Más que como una mera marca de ropa, A&F se representa a sí misma como un estilo de vida: a través de sus diseños casual, intenta plasmar los valores y atractivos propios de la cultura popular. Estilos de vida aparte, lo que es evidente es que ir a la tienda se convierte en toda una experiencia de compra.