“Cuando dicen que las personas no somos imprescindibles, tienen razón, pero en el caso de mi madre, yo te diría que sí. Sin mi madre no hay local. “ Así habla Thomas Mikel Weber, el encargado de Kaixo, una taberna vasca situada en la calle Barcelona, en pleno centro de Madrid. Ella lleva toda la vida cocinando; él es camarero desde los 18 años: eran el tándem perfecto.
Kaixo abrió sus puertas en Diciembre de 2006, después de tres años buscando el local ideal. Mereció la pena. A cinco minutos de la Puerta del Sol, y justo enfrente del Café del Soul, la taberna atrae a todo tipo de público: turistas, familias, grupos, y cada vez más, gente joven: “La gente joven no suele salir mucho a cenar porque siempre anda más limitada de dinero, pero en mi bar pueden por 6 € cenar muy bien con una tosta y una cerveza”.
La combinación entre tradición y modernidad les funciona. No sólo en la decoración (desenfadada, tanto en el salón como en la terraza) sino sobre todo en la cocina. Platos exquisitos – tosta de queso brie con cebolla caramelizada (3.90 €) – conviven con mezclas originales de sabores – Kroquetas de chipirón en salsa (8 €), Bola de espinakas en tempura (2.90 €) – y un guiño a la cocina de siempre: la estrella del local es la tortilla de patatas, sin que le falte la cebolla (2.50 €)
Thomas se deshace en elogios cuando le preguntamos por el secreto del éxito: “la comida de mi madre, sin lugar a dudas, porque mi madre ama su trabajo y eso se nota”. Tiene razón, al entrar en Kaixo te invade una sensación de bienestar, y parece que tu alma haya salido de Madrid para contemplar el mar desde San Sebastián. El alma también hay que alimentarla, y si es en una taberna como ésta, mucho mejor.