Fernando Clemot: «Un buen final puede cambiar una vida que no ha valido la pena»

“El que no tiene memoria se hace una de papel”. Esta frase de García Márquez pudo haber inspirado a Fernando Clemot a la hora de escribir algún pasaje de su nuevo trabajo. Durante el proceso creativo citas sobre la memoria de personajes célebres le sirvieron de bote salvavidas ante el naufragio de la página en blanco. Pasado el peligro del hundimiento llegó a puerto con El Libro de las maravillas (2011). Un juego sobre el recuerdo y el olvido en el que se nos muestra la insatisfacción vital de un personaje en espera de la muerte. La presentación de la obra ha tenido lugar en la librería madrileña Tipos Infames. Fanzine Radar estuvo allí.

Escrito en primera persona El libro de las maravillas, publicada por la editorial Barataria, es su segunda novela después de El golfo de los poetas (2009). En ella se narra la historia del señor C., un enfermo terminal que pasa sus últimos días en la clínica Dantas. Insatisfecho con el balance que ha hecho de su existencia decide “completar su vida con los recuerdos de otra persona”, comenta el autor. De esta manera, como si se tratase de Rustichello, el escriba de Marco Polo, decide recoger en un catálogo los momentos más importantes de la vida de otros internos. “El señor C. emprende una huida hacia adelante, buscando, paradójicamente, el tiempo perdido”, apunta Pedro Luis Cano Moreno, escritor y amigo de Clemot .

Ganador del premio Setenil de relatos en 2009 por Estancos del Chiado (2009), el escritor barcelonés nos ofrece en El Libro de las maravillas una novela “muy literaria (…) de historias narradas”, donde los recuerdos de los personajes secundarios ayudan a tejer el pasado del protagonista que se ubica siempre entre lo real y lo imaginario.

“En la literatura siempre triunfa el pesimismo, si los personajes son eternamente felices no enganchan”, afirma Clemot. Al público “no le gusta sufrir”, pero le gusta ver “al personaje enfrentado al problema”. Manteniendo esta idea, el mundo que presenta el escritor es un mundo decadente, de gran soledad, pero en el que, a pesar de la desesperanza imperante, encontramos un mensaje esperanzador: “Un buen final puede cambiar una vida que no ha valido la pena”·

Profesor de talleres de narrativa en el Laboratorio de Escritura y en la Universidad Autónoma de Barcelona, Clemot comenta que, a la hora de escribir, autores como SaramagoAlberto Moravia o Vargas Llosa constituyen algunas de sus principales influencias. Portugueses, italianos, latinoamericanos, pero también españoles como Camilo José Cela, por la lejana similitud que El libro de las maravillas guarda con Pabellón de reposo del célebre autor gallego.

Mientras esperamos por su próximo libro de relatos, Safaris Inolvidables, todavía sin fecha de publicación, desde Fanzine Radar animamos al lector a visitar la clínica Dantas y a ayudar al señor C.  llenando los huecos de su pasado con nuestras historias, alimentando así, como diría García Márquez, una memoria de papel.

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