Más Miley que nunca

Una carta de amor a ella misma. Un álbum que la eleva a lo más alto de la cima del pop.

Miley Cyrus ha vuelto. Y lo ha hecho de la forma más fiel a sí misma. Desde casi sus inicios, la artista ha sido considerada uno de los iconos de toda una generación, pero el trabajo de sus últimos años la elevan a lo más alto de la industria musical. Con su nuevo álbum, Endless Summer Vacation, ya disponible desde este 10 de marzo en todas las plataformas, Miley Cyrus ha conjugado todos los ingredientes necesarios para dar vida a una obra maestra del pop.

El octavo álbum de su carrera contiene trece canciones, entre las que encontramos colaboraciones con Sia y Brandi Carlile, está dividido en dos intencionadas partes. «Lo veo como una película. Ya sabes, quieres que haya un conflicto y una superación (…) Lo dividí en dos partes: la mañana y la tarde/noche, para representar una especie de acto. La mañana para mí es donde hay bullicio y energía y hay potencial para nuevas posibilidades. Y en la noche existe como sordidez y glamour al mismo tiempo. Es tiempo de descanso y recuperación, también de salir y explorar tu lado salvaje». Así explica la artista la estructura y sentido de su nuevo trabajo en el especial Backyard Sessions que ha estrenado con DisneyPlus+ el mismo día de lanzamiento del álbum.

Con Flowers empezó todo. El single que vio la luz el pasado 13 de enero es el que encabeza la lista del álbum y a la vez, es el que pone en versión acústica el broche final de este trabajo de la artista. Todas y cada una de las canciones que forman Endless Summer Vacation tienen una producción fantástica y cohesiva, donde los temas principales son el amor propio, la soledad, el sexo, la fuerza de las mujeres y la pérdida, significados y matices que analiza y comparte en la producción con Disney.

Y de la mano de este nuevo álbum vino un nuevo videoclip. River es el segundo single del disco y en el videoclip, estrenado también el 10 de marzo, vemos a una Miley bailando con movimientos ligeros a la vez que empoderados, en blanco y negro y en la casa que también fue escenario de Flowers, aunque en esta ocasión luce como una discoteca.

Referencias al pop de los 80, versiones acústicas al son de la guitarra, el piano como único protagonista, lucimiento de su derroche vocal, letras simbólicas y significativas, indie-pop y baladas. Todo ello suma los 43 minutos de este trabajo discográfico con el que la artista se ha coronado dentro de la industria de la música y dentro de su carrera personal por alcanzar su más fiel versión de si misma y ofrecérnosla así, en forma de este épico álbum.